«Londres es para los fuertes»

Bea Costa
BEA COSTA VILAGARCÍA / LA VOZ

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La fotógrafa dice que se hace muy pocas fotos, pero la del Támesis tampoco podía faltar.
La fotógrafa dice que se hace muy pocas fotos, pero la del Támesis tampoco podía faltar. cedidas< / span>

Tras alcanzar la cumbre en Madrid, Antonia Peña vuelve a empezar

25 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Antonia Peña es un torbellino. Lo reconoce ella y enseguida se desprende de la conservación. Quizá por eso ha llegado a donde ha llegado en su profesión. Cuando aún no había cumplido los treinta ya alcanzara las mieles del éxito en Madrid, pero también le tocaron las hieles de la crisis. «Cerró todo. Playboy, Maxim..., me quedé sin la mitad de mi salario. Donde te pagaban 500 euros por trabajo pasaron a pagar 100 o a llamarte por nada. Pero yo fui hábil. En el 2008 ya empecé a ver la crisis y vi que en España no había nada que hacer. Así que llegué un fin de año a Cambados, en el 2009, y les dije en la cena que me iba a Londres», recuerda Antonia.

Cogió su equipo, su gato y su coche y se fue a la Gran Bretaña a buscarse, primero la vida, y después, fortuna. «Las pasé negras. Mi inglés era bastante malo, y eso que estudié en Los Sauces, pero mi pronunciación y mi oído eran malos. Que no te entiendan y no poder hacerme entender me ponía muy nerviosa. Además, fui con una mano delante y otra detrás, no tenía contactos ni conocía a nadie. Era una frustración».

«Como a los 16»

De tener en Madrid su propio ático frente al palacio real y un estudio de 400 metros cuadrados pasó a compartir piso «como a los 16 años». Tan mal se le presentó la cosa que, por primera vez en su vida, tuvo que trabajar en algo que no fuera la fotografía: tres meses en Zara y cinco meses en una empresa de reparto de sándwiches. «Hasta lloraba de lo mal que lo pasé. Pero lo que peor llevé fue la soledad». Su tesón y trabajo tuvieron sus frutos y a los nueve meses de llegar a la capital británica, como si de un parto se tratara, volvió a empuñar su cámara para hacer books para chicas y conseguir pequeños encargos. «Empecé como en mis comienzos, hace diez años, pero ahora todo va mucho mejor». Todavía está lejos de la cumbre que alcanzó en Madrid, pero Antonia está convencida que está en el buen camino. «No todo el mundo aguanta porque Londres es para los fuertes. Pero yo odio solo sobrevivir, quiero vivir, no sufrir. Antes no lo diría pero ahora creo que me quedan muchos años aquí».

Niñez en Cambados

Antonia es fotógrafa, pero no una fotógrafa al uso. Lo suyo es la fotografía erótica y gastronómica y, en este campo, cosecha un currículo para nota. En su haber tiene portadas de «Playboy», «Maxim», «Interviú», «Gourmet», y muchas fotos, también, en páginas interiores. Tiene 33 años y hasta los nueve vivió en Cambados -es nieta del fundador de la conservera Peña-. Después vivió en Pontevedra, de ahí pasó a Vigo y con 21 años se fue para Madrid, donde enseguida se hizo un nombre en la profesión. «Ganaba una barbaridad», relata, pero con las crisis vinieron mal dadas y hace casi tres años decidió probar suerte en Londres. Los inicios fueron difíciles pero el boca a boca y sus webs www.antoniapenia.com y www.dblanco-bodas.com le han vuelto a abrir un mundo de posibilidades.