Entre el simbolismo y la vanidad

JERÓNIMO MARTEL OURENSE

FIRMAS

PABLO ARAUJO

Rubén Santiago expone en la sala Alterarte de la capital

29 oct 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En la sala Alterarte (Campus universitario de Ourense, Pavillón 1) y hasta el próximo día 2 de noviembre, expone el artista multidisciplinar Rubén Santiago (Sarria, Lugo, 1974). Y lo hace en estrecho proyecto mutuo con el comisariado de la historiadora y crítica de arte Natalia Poncela, así como bajo el tema-título Honoris Causa, expresión latina que significa en castellano «por causa de honor» y se refiere en el presente concreto caso al llamado en términos académicos universitarios Doctorado Honoris Causa. Esto es, más concretamente entendido, se está refiriendo a la consiguiente y magnífica ceremonia ritual de esa investidura académica, concebida como acción y efecto que da a una persona la antes dicha dignidad. Detrás de esa ceremonia, por cierto, están muchos siglos de vida de la Universidad, contados desde fines del siglo XII hasta nuestros días. Y cabe también añadir que, además, en el siglo XIII se crearon precisamente las míticas Universidades de París, Bolonia, Oxford, Salamanca y Coímbra, entre otras asimismo ilustres. Como es sobradamente sabido, las Universidades son, en fin, dentro de todo el mundo, los centros de enseñanza superior de mayor abolengo.

Pues bien, la Nota de Prensa de Alterarte -firmada por la comisaria de la muestra, Natalia Poncela- explica así el sentido de la presente exposición: «Esta proposta convida á reflexión crítica sobre a trama das estruturas regradas, sobre a súa configuración e aparente inamovilidade, tendo como punto de partida a análise de centenares de actos de investidura do rango académico Honoris Causa y atendendo á solemnidade da oratoria, á xerarquía protocolaria, á presenza e á posta en escena de determinados obxectos (o birrete, o anel, o libro, as luvas brancas ?) á procura de redefinicións sobre o concepto de poder e pescudando nas interaccións do individuo dentro destes sistemas relacionais». Dicha de este modo en suma la esencia del proyecto expuesto, la Nota de Prensa se refiere ya por último a la materialidad de la instalación videográfica en que la exposición consiste: «Na mostra preséntase o vídeo Honoris Causa (de 8 horas de duración) que se proxectará na sala tódolos días que dure a mostra coincidindo coas horas de horario laboral».

Natalia Poncela, por último, se refiere en su nota a la «concesión consensuada do valor simbólico aos obxectos, ás persoas ou os actos». Aquí, en la muestra, el simbolismo de los objetos propios de la enseñanza que se entregan al doctorando añadiéndolos a la veste académica -signada por el color de la Facultad correspondiente- es especialmente claro, reduplicándose incluso dentro de un arte específicamente simbolista. Así, por ejemplo más gráfico y característico, el birrete se le entrega al doctorando «para que no solo deslumbre a la gente, sino que además, como con el yelmo de Minerva, esté preparado para la lucha»; y, al finalizar la exhortación global del rito, se le invoca: «Toma asiento en la cátedra de la Sabiduría y desde ella descollando por tu ciencia muestra tu magnificencia en la Universidad, en el foro y en la sociedad». El crítico de arte Georges-Albert Aurier definió al simbolismo del arte por su ideísmo, su capacidad simbólica, su ejercicio de síntesis, su conversión del objeto en signo y su valor de decoración. Las cinco condiciones están reflejadas en esta muestra si no me equivoco. Simbolismo llama a simbolismo. En el siglo XVII y especialmente en Holanda prosperó el género pictórico de la Vánitas (voz latina que significa en castellano Vanidad). Uno de los cuadros más conocidos de esta temática, de Juriaen van Storeeck, tiene por título Vanidad. Era la así llamada, como género pictórico, una categoría particular de bodegón, que pone de relieve la naturaleza efímera de la vida. Y esto es lo que hace con el esplendor de la ciencia la sutil y sabia exposición de Rubén Santiago.