El BNG no consigue frenar la sangría de escisiones que sufre desde hace meses. Tras la famosa asamblea nacional de Amio, cientos de militantes han abandonado, en grupo o individualmente la organización. Este proceso, según confiesan responsables del Bloque, ha tenido especial incidencia en esta provincia. «Iso é unha realidade incuestionable», admitía recientemente Tereixa Paz en una entrevista concedida a La Voz.
De hecho, el BNG ha perdido ya tres de sus siete alcaldías en Ourense. El primero en marcharse, casi inmediatamente después de la asamblea de Amio, fue Xabier Oviedo, de Maceda, que se llevó consigo a sus cuatro ediles y que ya está plenamente integrado en Compromiso por Galicia. Al regidor de Manzaneda, David Rodríguez, le costó más dar el paso, pero también acabó abandonando el frente llevándose con él a sus tres concejales. Su destino, en este caso, fue el Encontro Irmandiño de Beiras, ahora reconvertido en Anova y coaligado con Esquerda Unida. El regidor de Vilar de Santos será, por ahora, independiente, aunque apoyará la candidatura de Compromiso por Galicia el 21-O.
A estos abandonos habría que sumar el goteo de dimisiones de los concejales que el BNG tenía en la oposición en diversos concellos de la provincia. En cualquier caso, al Bloque le quedan cuatro alcaldías: Allariz, A Bola, A Mezquita y Castrelo de Miño. Tres de ellos regidores -todos salvo el alaricano- se han mostrado críticos en los últimos meses con la dirección que estaba tomando el Bloque.