El Museo de Pontevedra atesora más de setenta obras del Prado

María Conde PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

La pinacoteca madrileña inició sus depósitos en 1929 y continúan hoy

08 jul 2012 . Actualizado a las 15:15 h.

El mismo día que abrió sus puertas, el 10 de agosto de 1929, el Museo pontevedrés ya exhibía colgados algunos cuadros de la colección del Museo Nacional del Prado, que la gran pinacoteca cedió en concepto de depósito. La colaboración que desde entonces han mantenido ambas entidades permite que en la actualidad las distintas sedes del Museo de Pontevedra alberguen probablemente el mayor número de piezas que El Prado repartió por instituciones de Galicia, un total de 74, en el marco de su política de depósitos por falta de espacio en sus instalaciones u otras circunstancias históricas.

La mayor parte de estas obras -que van desde el siglo XV hasta bien entrado el XIX- son pinturas, aunque también hay esculturas, entre ellas espléndidos bustos romanos, e incluso un mosaico, y el 90 % están expuestas, tanto en los edificios Castro Monteagudo y García Flórez, como ahora formarán parte de la colección del Sexto Edificio. Empezaron a llegar en el citado 1929 y tras el parón de la Guerra Civil, desde 1940 el Museo recibió cuantiosas remesas. Hasta el pasado mes de junio, en que se incorporó el último óleo, del italiano Il Sassoferrato, La Virgen en meditación.

La figura de Francisco Sánchez Cantón fue clave para que fructificase esta estrecha relación desde los inicios de la entidad. El pontevedrés, uno de los patronos fundadores del Museo, era por entonces subdirector del Museo del Prado y sin duda, como refiere el actual director, Carlos Valle, «él gestiona los primeros préstamos tanto del Prado como de la Academia de Bellas Artes de Madrid».

En los últimos tiempos, el Museo ha sido además el aglutinador de diversas piezas del Prado que se encontraban dispersas en otras instituciones de la provincia, por razones no solo de operatividad, sino también de conservación de las obras. Es el caso, por ejemplo, de un cuadro de Alcoverro que custodiaba el antiguo instituto Politécnico de la ciudad, hoy Fray Martín Sarmiento.

En contra de lo que se puede pensar, no se trata de obras infravaloradas por El Prado. Las cuatro imágenes referenciadas en esta página, como subraya Valle, «podrían estar perfectamente expuestas en el museo madrileño, y de hecho alguna nos la han pedido para otras muestras». Por ejemplo, hay ahora una obra en Puerto Rico, un retrato de Margarita, la esposa de Felipe III, prestada para una exhibición temporal.

«El Prado -continúa el director- tiene tal riqueza de obra que es imposible que pueda exponer todo. Llegaron a la conclusión de que la fórmula de los depósitos puede hacer muy buen servicio a muchos museos. Nosotros hemos sido muy favorecidos en este sentido».

Correa de Vivar