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La crisis vacía los trasteros y salen a la venta singulares objetos vigueses de colección con precios aptos para todos los bolsillos

01 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Por poco dinero, es fácil convertir una casa en un auténtico museo de Vigo. La crisis vacía los desvanes e Internet ofrece un catálogo formidable de objetos singulares relacionados con la ciudad. Además, chambos y almonedas ponen a la venta multitud de pequeñas joyas de nuestro pasado, sólo aptas para vigueses militantes.

Desde elegantes acciones a billetes de tranvía, de entradas de cine a carteles de películas, de ceniceros a vajillas, de cromos a postales, de sifones a revistas... Un auténtico universo de cosas viguesas está a la venta a precios ínfimos. Quien guardaba el cerdito de la Caja de Ahorros como una joya, puede desengañarse. No vale nada. Los hay por apenas 9 euros.

Dentro del coleccionismo tradicional, hay más oferta que nunca. Desde tres euros es posible comprar una postal con una antigua vista de Vigo. En portales como www.todocoleccion.com las hay que rayan los cien euros, pero son rarezas. Por ese precio es fácil hacerse con un fajo de treinta.

Los cromos van desde los 3 euros de una vieja pegatina de un pastelito Cropán, con el estadio de Balaídos, hasta los 35 que cuesta uno en que el futbolista Polo, del Fortuna F.C. de Vigo, ejecuta «un magnífico pase de bolea que cambia el juego».

Los billetes de los antiguos Tranvías Eléctricos de Vigo se venden a 3 euros, todos capicúas. Y hay lotes de entradas del extinto cine Fraga, de los años 60 y 70 del pasado siglo, por apenas 8 euros.

La porcelana del Grupo Álvarez comienza a cotizarse. Hay modelos de la marca Royal China que superan los 50 euros. Pero en Internet es fácil también hacerse con un azucarero de época por apenas 5 euros.

Por diez euros, en la Almoneda Altamira, en el Casco Vello, puede uno llevarse un original Reglamento para el Servicio de Agua a Domicilio, fechado en Vigo en 1929. O una antigua caja de pastas que reproduce una estampa de la fuente de la Falperra.

Las máquinas de coser Refrey, fabricadas en la desaparecida factoría de Bouzas, se cotizan a buen precio, cerca de los cien euros. Y se venden incluso las chapas de publicidad, a unos 30 euros.

Revistas antiguas, como la de la fiesta de El Destornillo de 1968, organizada por la Escuela de Peritos, pueden adquirirse por apenas 7,5 euros. Y un ejemplar del número 1 de la revista Tintimán, emblema de la movida, apenas se cotiza a 15 euros.

En los portales de coleccionistas y las tiendas de lance de la ciudad aparecen además los objetos más pintorescos, como ceniceros de regalo de empresa de M.A.R. S.A. o metopas de barcos entregadas por sus capitanes a la Autoridad Portuaria de Vigo y que, por acaso del destino, han terminado a la venta en un chambo.

Sin invertir una fortuna, es sencillo convertir una casa en un museo sobre Vigo, entre lo histórico y lo kitsch.

Un coleccionismo sólo apto para fanáticos de la oliva.