En línea con la propuesta de Busquets, un equipo de arquitectos propuso en los últimos meses un proyecto para humanizar el tramo más urbano de Alfonso Molina, el que discurre desde su confluencia con la ronda de Outeiro con la desembocadura en Linares Rivas.
El equipo GAZ, formado por los urbanistas Xosé Ramiro Sánchez, Carmen Paz, Carlos Higinio Esteban y Juan Tur, entiende que Alfonso Molina «es una brecha en la ciudad, un espacio exclusivo para el automóvil y su aportación a la movilidad en los centros urbanos no favorece normalmente a los espacios inmediatos en sus márgenes, que son pobres y poco diversos». Con este concepto, los arquitectos propone soterrar ese kilómetro de vía, por el que a diario pasan 160.000 vehículos en ambos sentidos, para crear nuevos espacios verdes en superficie, que convivirían con las vías de servicio para residentes, un carril bici y un eje para el transporte público.
Como complemento, y aprovechando la excavación, se dispondría un aparcamiento subterráneo para que los conductores que entran a la ciudad intercambien al transporte público.
Defienden que con este proyecto se conseguiría liberar todo el espacio central entre la estación de autobuses y la de ferrocarril, una superficie de casi cinco hectáreas que se podría reconvertir en una gran plaza pública que permita que las dos caras de la ciudad, que hasta ahora siempre se han dado la espalda, se vuelvan a mirar.