En la costa de Loiba: «El mejor banco del mundo es lo de menos, lo espectacular es el paisaje»

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Un grupo de excursionistas, en la cola para hacerse un retrato en el banco, el sábado al atardecer
Un grupo de excursionistas, en la cola para hacerse un retrato en el banco, el sábado al atardecer I. F.

El norte cautiva a los excursionistas de la Ruta de los Faros y al resto de visitantes, «por la inmensidad de los acantilados y esta paz»

08 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A Juan Carlos y a Mary Carmen, que han llegado desde El Bierzo para recorrer la Ruta de los Faros (en el norte del norte, de Ferrol a Viveiro, con Ortegal como eje), les encantan las visitas guiadas. «Si vas solo, ves, pero así, como los guías te lo explican todo tan bien, aprendes», ríen. Del mejor banco del mundo les han contado que «lo montó un mecánico de Loiba que se llamar Rafael, y que unos irlandeses que vinieron al Festival de Ortigueira pusieron la frase famosa [The best bank of the world]...». En esta ocasión no han hecho cola para la foto: «La otra vez había un fotógrafo profesional y por cinco euros nos hizo la foto, bien enfocada y con un soporte de madera».

Así, «empapados de la sabiduría del norte», habrán regresado a casa. Como los coruñeses María José, Mariví y Juan, que también se apuntaron al tren turístico de Feve que atraviesa la costa. «Ya estuve más veces, pero es hacer algo diferente con amigos. De aquí me gusta la paz, la inmensidad de los acantilados, que te recuerda lo pequeñita que eres... y que no pasa nada, que respires hondo y puedes seguir adelante», reflexiona María José. El banco y el mar como terapia. En esta última ruta se han completado las 64 plazas, como en los cinco anteriores. «Y si hubiera doce en vez de seis, también se llenarían. Al principio era solo un grupo de treinta, y ahora son dos y dos guías», indica Joaquín Rubal, el informador más veterano, «desde 2013, cuando empezó».

Las vistas desde O Picón

Para Rubal, de Couzadoiro, Loiba es mucho más que un asiento: «El banco es lo de menos, lo bonito es el paisaje». En el primer sábado de septiembre, sin pizca de viento, las vistas cautivan a propios y extraños. Los buses recalan en la rotonda al atardecer, con el tiempo medido para caminar hasta O Picón y observar la playa desde lo alto, y asomarse a alguno de los bancos que jalonan este tramo del litoral, e incluso retratarse en el mejor banco del mundo (el Concello de Ortigueira patentó la marca en 2016), el de Furnas. Para luego regresar por carretera hasta Ponte Mera y subirse al tren de vía estrecha, el viejo Feve, O Noso Tren, como reivindica la Plataforma en Defensa do Ferrocarril Ferrol-Ribadeo.

Un septuagenario pontevedrés insiste en que ya había estado allí y ya se había hecho la foto, hasta que su mujer le aclara que no, que es su primera vez, que antes habían ido a la Garita de Herbeira, y ríen los dos por la confusión. «Esto siempre merece una visita. Aquí miras el infinito», apuntan unos feneses —«nosotros tenemos los bancos más duros del mundo, en Marraxón»—, acompañados por una amiga de Ares —«también hay muy buenas vistas, en Chanteiro»—. «Siempre vale la pena volver aquí », concluye la que «tripite». Concha y Estrella han cruzado la provincia, desde Oroso. «Fixémonos moitas fotos (no banco), demasiadas, temos o teléfono colapsado [risas]. Por Ortigueira xa andara, pero no banco non. Os cantís son preciosos, vou namorada, e as praias...», insiste Concha.

Os Aguillóns, más afilados

El otro guía de la Ruta de los Faros, que también se llama Joaquín, corrobora que, según las encuestas que realiza Renfe entre los usuarios, «el banco de Loiba es de lo que más gusta; es un sitio espectacular, y más un día como hoy, sin una gota de aire (y en A Coruña lloviendo)». Destaca el impacto que les causa a los viajeros acabar la jornada en el punto que divisaron por la mañana desde el otro lado, en el Cabo Ortegal (Cariño), justo en frente. Os Aguillóns se ven muy afilados desde Loiba, más que desde Estaca de Bares, la anterior parada.

Andrés y Sofía han hecho cola hasta que los excursionistas se han alejado. «Salimos de Sada a las nueve de la mañana, fuimos a Ribadeo, As Catedrais, O Fuciño do Porco, y ahora vamos al cabo Ortegal, para acabar». Itinerario completo. «Es todo muy chulo... ya casi basta con oír el mar», dicen. Para otra pareja de A Coruña, la costa norte «es desconexión, empezar de cero». Ideal para este inicio de curso. El trasiego no cesa, pero Pablo, el tendero de Loiba (Os Claveles), apenas lo nota: «La gente de paso compra un agua, como las caravanas, pasan 900 y aquí paran 20... sí vemos que se alquila más y que compra casas gente de fuera, pero vivimos de los vecinos».

«El tiempo es ideal»

Eso sí, concede tras cuatro años en el súper, «el banco puso a Loiba en el mapa, y un porcentaje de la gente que alquila o compra aquí habrá venido por eso, aunque ahora lo harían igual, como en toda la zona, por ser refugio climático...». Una familia de Covarrubias (Burgos) asiente: «Súper bien, muy tranquilo fuera de temporada, y el tiempo, ideal».