Marisa Rivas y Juan Mosquera, fotógrafos en Narón: «Hemos hecho posbodas en Jaén, en Mallorca o en la Warner»

A. F. C. NARÓN / LA VOZ

NARÓN

Marisa, de origen astur, ha vivido en San Sadurniño, y Juan es de Narón
Marisa, de origen astur, ha vivido en San Sadurniño, y Juan es de Narón MARISA RIVAS FOTOGRAFÍA

El estudio Marisa Rivas Fotografía ha conseguido seis premios consecutivos en los Wedding Awards del portal bodas.net

19 mar 2023 . Actualizado a las 18:20 h.

Marisa Rivas (Asturias, 35 años) y Juan Mosquera (Narón, 40) se conocieron por la fotografía, una afición compartida. Ella estudió Educación Infantil y Fotografía, y desde hace diez años da nombre al estudio de Narón en el que trabaja con su pareja, disyóquey eventual y fotógrafo a tiempo completo. En diciembre se cumplirá una década desde que abrieron el negocio, que sobrellevó la pandemia —«fue mucho más complicado 2021 que 2020»— y no ha parado de crecer. El reconocimiento de sus clientes se ha plasmado en seis premios consecutivos en los Wedding Awards del portal bodas.net. Los casamientos copan buena parte de su agenda, junto a los reportajes de bautizos, primeras comuniones o familias (como embarazos o recién nacidos). También atienden algún encargo corporativo, como el de los partidos para la campaña electoral del 28M.

Empezaron en un local de alquiler, «sobreviviendo», y desde 2018, con el estudio en propiedad, estos dos autónomos logran «vivir» y ahora compaginan la cámara con el cuidado de su hija, Marta. Marisa y Juan se mueven por toda la comarca y viajan por la provincia, con clientes en Ribeira, Cee, Laxe o Boiro. Para algún reportaje de posboda han tenido que desplazarse a un pueblo de Jaén, Palma de Mallorca, el País Vasco o a la Warner, a Madrid.

«Hay gente friki, y yo también lo soy», reconoce Juan. Recuerda «la peor entrevista» de su vida, con una pareja que se limitaba a asentir con la cabeza y pronunciar algún monosílabo. Hasta que el novio le contó su idea de sustituir las típicas espadas que se cruzan a la salida de la iglesia por sables de Star Wars. «Ese día, yo llevaba una camiseta de Star Wars debajo de la sudadera... cuando la vieron se convirtieron en dos personas diferentes», evoca. Conservan la relación. Juan vivió otro banquete de boda decorado con antiguas máquinas recreativas y uno con un toro mecánico, al que, apunta entre risas, «cuando ya habían bebido, se subieron todos».

Tanto él como Marisa, en formación continua (el último curso fue de fotos de mascotas), disfrutan de su oficio: «La suerte es que nos gusta hacerlo, una boda es un día muy especial e intentamos ayudar a que todo salga perfecto. Marisa lleva en la maleta un set de costura...». Un reportaje de un enlace cuesta entre 600 y 1.600 euros, en función de lo que pidan los clientes (fotos en una memoria USB o un álbum) y, sobre todo, de las horas (entre 11 y 12 son la media, pero hay fiestas que se alargan hasta 15). De tanto acudir con la cámara a cuestas a los restaurantes Pazo do Monte, Illas Gabeiras y La Torilla, especializados en banquetes, ya casi se sienten empleados de la casa.