Familias de Piñeiros al borde del desahucio: «Quedarme en este piso sería traicionarme a mí mismo»

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera NARÓN/ LA VOZ

NARÓN

Pablo Melaski, portavoz de los afectados, ha tomado la determinación de no renovar el alquiler con la Sareb y dejará el piso antes del 31 de enero.
Pablo Melaski, portavoz de los afectados, ha tomado la determinación de no renovar el alquiler con la Sareb y dejará el piso antes del 31 de enero. CÉSAR TOIMIL

Antes del 31 de enero deberán comunicar a la Sareb, propietaria de las viviendas, si aceptan la oferta de alquiler que se les ofrece o abandonan las residencias que alquilaron estafados por sociedades fantasma

03 ene 2023 . Actualizado a las 23:14 h.

Más de un año después de tener conocimiento de que habían alquilado de manera irregular sus pisos, situados en la parroquia naronesa de Piñeiros y propiedad de la Sareb, los residentes de los bloques 5 y 7 de la plaza del Asilo se encuentran a menos de un mes de que expire la fecha límite para que tomen una decisión sobre si continuar o no en lo inmuebles.

Los inquilinos, que suscribieron contratos fraudulentos con varias sociedades fantasma, recibieron un fallo judicial en el mes de septiembre en el que se indicaba que su permanencia en los pisos, cuyo alquiler pagaron de manera religiosa durante todo el proceso, quedaba supeditada a la decisión que tomase la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocida como Sareb, como legítima titular de los inmuebles.

Desde la entidad, tras analizar la situación de cada una de las familias afectadas, se procedió a trasladar una oferta a cada uno de los inquilinos y se ampliaba de noviembre al 31 de enero la fecha límite para el pronunciamiento de los mismos. Y también la posibilidad de permanecer en las viviendas hasta ese momento, manteniendo las mensualidades que estaban vigentes en la fecha en la que se firmaron los contratos irregulares. Pero ya al filo de que expire del plazo concedido por la Sareb, existen dudas en el seno de los residentes en los bloques de viviendas.

Vecinos de Piñeiros, en la imagen, descubrieron en noviembre de 2021 que los pisos que tenían alquilados pertenecían a la Sareb y los contratos eran ilegales.
Vecinos de Piñeiros, en la imagen, descubrieron en noviembre de 2021 que los pisos que tenían alquilados pertenecían a la Sareb y los contratos eran ilegales. CÉSAR TOIMIL

Y es que, según denunciaron en el momento en el que trascendió la nueva oferta, el precio fijado por la entidad «está por encima del precio del mercado» y eso ha motivado que Pablo Melaski, afectado y portavoz de las familias, haya tomado la decisión de no quedarse en el piso y buscar otra alternativa.

Entre los arrendatarios indecisos se encuentra Pilar González, que señala que se encuentra todavía valorando posibilidad de aceptar las condiciones de la Sareb y asumir la nueva cuota, que se sitúa en 530 euros frente a los 350 que viene abonando en la actualidad. Entre sus prioridades, destaca, está el encontrar un piso que se ajuste al mobiliario que ha ido adquiriendo en los últimos años.

Apoyo social

Por su parte, Melaski defiende que haberse quedado «hubiera sido traicionarme a mí mismo» y explorará otras vías. De todo el proceso vivido hasta el momento, el residente destaca que se marcha «habiendo pagado siempre las cuotas de alquiler». Así, el afectado por la firma de este alquiler fraudulento señala que, a pesar de no haber logrado el objetivo de mantener las mensualidades de los inquilinos, valora muy positivamente el apoyo social recibido durante todo el proceso. «La sensación es amarga porque te vas de un sitio en el que has tejido una red con los comerciantes y los vecinos, pero agradeces la implicación de todas las entidades de Narón que se han puesto en nuestro lugar», reflexiona.

«Lo importante es quedarse con lo positivo y seguir peleando porque nosotros no hemos fallado. Se ha visto que hay una red mafiosa y que es necesaria la intervención de la Justicia y las instituciones», concluye Melaski que avanza que mantendrá su apoyo «hasta el final» a todos sus vecinos, independientemente de la decisión que tomen.