Un verano nadando a contracorriente en la Biblioteca Central de Ferrol

Septiembre trae consigo la promesa —si bien con fecha de caducidad— de engrosar la plantilla de la biblioteca pública local; pero antes de que lleguen los refuerzos, este bastión de la cultura ferrolana ha aguantado el paso de los meses estivales de la misma manera que el resto del año: precariamente.

«Nos hemos encontrado un verano en el que, al coincidir esta época con algún período vacacional, solo quedaban dos personas para dar servicio», relata Fany Gómez, responsable de la biblioteca. En tal contexto, han podido garantizar la atención al público más esencial e incluso el préstamo interbibliotecario, este último con retrasos.

«No hemos podido hacer ninguna labor más de mantenimiento —continúa Gómez— y ya nada que decir de las actividades». Lamenta, por ejemplo, no haber podido llevar a cabo varias presentaciones de libros que terminaron por organizarse en otros sitios. Señala también que recuperar estas actividades tras la incorporación de nuevos auxiliares no parece del todo factible: «Luego no les puedes dar continuidad. Nos veremos el 31 de diciembre, cuando se va la gente, volviendo a lo de antes y aun peor, porque se nos ha jubilado alguien en julio».

Turistas con carné

Quienes han pasado estos meses tras el mostrador observan que, en lo que respecta al flujo de visitantes, ha sido un verano como cualquier otro: «A las doce y media de la mañana esto se llena», indica Olalla Losada, auxiliar de archivo. «Y es lo que queremos. Para eso estamos la bibliotecas», añade Rocío García, sentada a su lado. Ella resalta que agosto siempre ha sido «de mucha gente», ya que al público habitual se suman más niños, veraneantes y hasta turistas: «Vienen personas que están aquí unas semanas y sacan el carné», explica. «Este año nos vino una señora de Málaga que se despidió hasta el año que viene, porque nos contó que aquí se está muy bien en verano y que piensa volver», destaca.

A través de una subvención de la Diputación de A Coruña, dentro del Plan de Emprego Local (PEL), se han cubierto siete plazas temporales para ejercer como auxiliar de biblioteca en el edificio de la plaza de España. La incorporación de estos nuevos empleados es inminente, e indican desde la dirección de la Biblioteca Central de Ferrol que ya solo «depende de los trámites administrativos de contratación». Se reforzará así la atención al público, tarea que normalmente es desempeñada entre cuatro funcionarios fijos: una auxiliar administrativa y tres de archivo.

Con un equipo humano más nutrido, volverá el horario diario de mañana y tarde durante septiembre. Resaltan desde la biblioteca que incluso se recuperarán las jornadas ininterrumpidas, de 9.00 a 21.00 horas, a partir del 1 de octubre, algo que no sucede desde 2020, cuando el covid-19 forzaba el cierre de las instalaciones en las horas centrales del día para desinfectar y limpiar.

También se recuperarán las prestaciones audiovisuales, otro frente que se reabrirá al disponer de más personal para lidiar y supervisar los dispositivos electrónicos, como el servicio de visionado. Además, habilitarán por fin una Nintendo Switch para poder jugar en las dependencias de la biblioteca, algo que ya querían poner a disposición del público antes de la pandemia.

Refuerzos hasta fin de año

El alivio que los auxiliares proporcionarán a la plantilla fija es innegable, pero desde la biblioteca destacan que, una vez más, esta medida será un «parche». «Va a venir bien, por supuesto, pero quedan cosas en el aire todavía», afirma Fany Gómez. Es una sensación que comparten quienes día a día notan la falta de personal: «Que se solucione definitivamente, porque esto es solo hasta fin de año», pide Olalla.

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