El negocio ferrolano Ciclos Roca responde a la fiebre de las «e-bikes» con una tienda especializada
03 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.En la noche de Papá Noel fue un regalo que apareció debajo de más de un árbol de Navidad y seguramente ocurrirá lo mismo en la madrugada del 6 de enero, la de los Reyes Magos. La fiebre de la bicicleta eléctrica ha llegado a Ferrol y tiene su paraíso en un sitio que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos: Ciclos Roca, en el barrio de San Xoán. «Llevamos unos cinco años vendiéndolas. Es un sector en pleno crecimiento. Se ha dicho en los últimos años que es el futuro, pero ya es el presente», expresa Pablo Roca Fachal, hijo de Avelino Roca, y heredero del negocio, que abrió hace poco una tienda específica de e-bikes, justo al lado de la de toda la vida. «Cada vez la gente pregunta más y las prueba cada vez más», confirma.
Él es usuario de bicicleta eléctrica desde hace tiempo y asegura que, al principio, cuando iba a las rutas, lo miraban «como un bicho raro». Le decían: «Así cualquiera», al verlas como un producto «para una persona mayor o para alguien que no está bien físicamente». Sin embargo, hay muchos usuarios que las han catado y «ya entienden mejor el concepto». De hecho, los clientes son de todo tipo: los mayores se van a las de tipo urbano, mientras los jóvenes se mueven en las de montaña, enduro e incluso de carretera. Además, han incorporado las infantiles, que «casi no se ven por ahí por el momento».
En su opinión, «son todo ventajas, porque puedes hacer el doble de recorrido en el mismo tiempo». Además, Pablo pone ejemplos de los usuarios que las podrían utilizar. Por ejemplo, alguien que por semana no puede entrenar con sus compañeros de grupeta y, para aguantar el ritmo el fin de semana, contaría con esta pequeña ayuda. «Aunque uno no tenga tiempo para prepararse, puede salir igualmente con los que están en forma», dice. Asimismo, una persona mayor que, a pesar del paso de los años, quiere seguir disfrutando de este deporte. «Para mí, son todo ventajas», reitera.
¿Y los que critican que es menos saludable? «Les diría que lo ideal sería que la probasen. Para poder hablar de una bicicleta eléctrica, hay que subirse a ella. Yo también antes tenía unos pensamientos de ella que no son reales», comenta y detalla que «con estas, cada uno puede exigirse lo que quiera», al incorporar diferentes modos de asistencia que varían la velocidad.
«Mejoraron mucho»
Estas bicicletas se parecen cada vez más a las convencionales. Cuando empezaron a salir a la luz, el motor y las baterías eran muy grandes, pero ahora las marcas están consiguiendo que todos estos añadidos no se noten. «Mejoró mucho la integración de los elementos que las hacen diferentes. Andando con las que tienen motores centrales, en el eje del pedalier, se nota como si la persona tuviera más fuerza en las piernas. Es decir, no van a tirones como ocurría antes», explica el propietario de Roca.
Las marcas con las que trabajan son Giant, Specialized, Mondraker; en el apartado de las de carretera, Pinarello; y entre las urbanas, Monty. El encargado destaca también las de Liv, la marca exclusiva para mujeres de Giant. En total manejan, en stock, entre 70 y 80 modelos diferentes, pero también se pueden encargar. Entre ellas, tienen tres de prueba para chico y una para chica, con lo que se pueden testear gratuitamente «sin ningún problema».
El precio de una «normal» parte de alrededor de 1.300 euros y, a partir de ahí, «hasta lo que quiera el cliente», que pueden llegar a ser unos 8.000 euros. Mientras la infantil ronda los 2.000 euros.
En comparación con los patinetes eléctricos, de moda en otras ciudades de Galicia, aquí las bicicletas siguen llevando la delantera. «Al no haber regulación para los patinetes, está todo en el aire y en parte por eso se ven más bicis», analiza Pablo, que tiene claro que esta no se trata de una moda pasajera.
«Se ha dicho en los últimos años que es el futuro, pero ya es el presente, para mí son todo ventajas»