«Me emocioné al ver una tumba cubierta con conchas en el cementerio de Covas»

FERROL CIUDAD

benito ordoñez

La última novela de la escritora extremeña se ambienta en el municipio de Ferrol

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si le hubiera tocado nacer en una de las casas del barrio de La Magdalena, habría sido una chica refinada y exquisita a la que no le habrían faltado pretendientes de buena familia. Pero tampoco le faltaban en Covas, y ella lo sabía». Es la reflexión de una de las protagonistas de Tierra sin hombres (Editorial Planeta) la novela que Inma Chacón (Zafra-Badajoz, 1954) presentaba el pasado viernes en el Casino ferrolano. La escritora narra la historia de Elisa y Sabela, las hijas de Rosalía a leiteira, una trama de intrigas familiares que discurre entre Covas y Ferrol a comienzos del siglo pasado y donde la emigración tiene un papel importante.

-¿Como llega una escritora extremeña a esta historia ambientada en Ferrol?

-La novela es pura ficción pero está basada en la historia real de la abuela de un amigo mío. Era una mujer de Covas que tuvo una vida muy azarosa. Fui cogiendo elementos de Elisa, que así se llamaba, y construí una historia de ficción que quiere ser un homenaje a Galicia, a esas mujeres que quedaron solas cuando los hombres se iban a hacer las Américas. Ellos iban con los sueños en alto y la mayor parte de las veces aquello no era el Dorado que les habían prometido sino que tenían que trabajar en unas condiciones que muchas veces estaban muy cercanas al esclavismo.

-Rosalía de Castro hablaba de las viudas de vivos...

-Esta novela es un homenaje a esas viudas de vivos de las que hablaba Rosalía. Quería darlas a conocer y resaltar la importancia que tuvieron no solo en Galicia sino también en Asturias, donde también hubo mucha emigración. Y luego en los años sesenta en mi tierra, y en Andalucía también emigró mucha gente. Y ahora las madres también están viendo como se marchan sus hijos. La emigración nos afecta a casi todos.

-Santa Comba, Ponzos, A Bailadora... Son lugares donde transcurre la novela, ¿cómo fue la labor de documentación?

-Estuve en todos esos sitios, me los estuvieron enseñando. En la cooperativa de Covas donde me dejaron un montón de revistas, en la playa de Ponzos. En el cementerio de Covas donde encontré una tumba cubierta de conchas y me emocionó mucho ver que quisieran protegerla del frío de la humedad. Fue algo que me sugirió muchas cosas. Estuve en el barrio de Esteiro, en La Magdalena... El trabajo de documentación fue muy bonito, poder sentir en la piel el aire, el frio, la lluvia...

-En el libro respeta el nombre de Elisa, la inspiradora de la historia.

-El nombre y algunas cosas más como que era costurera o el buque Valbanera que sale en la novela y también es real. Elisa tuvo seis hijos y los personajes de la novela llevan sus nombres aunque, insisto, esto es ficción.

-Usa bastantes expresiones en gallego desde «miña vida» hasta los nombres de las profesiones como cesteira, leiteira...

-Tengo una prima gallega y he hablado mucho con ella, intentando captar ese sonido del acento gallego, esa manera de hablar con giros propios. Es un homenaje a esta tierra maravillosa que ha sabido incorporar en su cultura esos elementos mágicos, como las meigas o la santa compaña, de una manera muy inteligente, muy sabia. En otras regiones no hemos sabido hacerlo.

-¿Estamos ante una historia feminista?

-Es una novela de mujeres donde los hombres tienen una trascendencia vital e incluso cuando no están presentes están determinando lo que le ocurre a las mujeres. Mis personajes masculinos siempre son víctimas igual que las mujeres.