Dos mundos

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

CEDEIRA

13 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tiene razón, vaya si la tiene, el profesor Ramón Sainero -que estos días, por cierto, ya debe de andar por las tierras del Ortegal, a las que regresa siempre que puede- cuando recuerda que San Andrés de Teixido es la puerta entre dos mundos. Sainero, uno de los más brillantes celtistas europeos, traductor de textos clásicos de la literatura gaélica como El libro de las invasiones y fiel devoto de las Islas Aran -de su lengua, de su mar y de su tierra, de sus gentes...-, sabe bien que hay lugares mágicos que nos permiten intuir la realidad del otro mundo, del inmenso misterio que nos rodea. Habrá quien replique que «del otro mundo no podemos saber nada», claro que sí, ya contamos con ello. Pero es que en realidad tampoco sabemos demasiado de este, en el que lo que son las cosas ya parece importar bastante menos que lo que las cosas aparentan. Mientras les escribo esto, esta columna que es como una carta y como un dietario al mismo tiempo, me dispongo a partir hacia San Andrés de Teixido, de nuevo. No sé cuántas veces habré ido a lo largo de mi vida, en ocasiones me parece ya que son cientos, pero no hay vez en la que llegué allí y no sienta que todo es nuevo. Qué maravilla, San Andrés de Teixido, Sanandresiño de Lonxe, a donde todos retornan siempre. Mucho nos gusta, a mí y a la vieja cámara que me acompaña, desde un tiempo que ya no existe, en estos viajes por el interior de uno mismo, aguardar allí a que el sol marche, a que vayan viniendo la noche y el silencio. Es entonces cuando mejor se comprende que el santuario no es solo el templo, que todo aquel extraordinario lugar es un enclave sagrado hecho de océano, de tierra vieja, de almas y de firmamento.