Afirma que Cedeira es una localidad «segura» y alerta de problemas con el consumo de drogas o la violencia de género
17 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Alberto Díaz García (Narón, 1970), policía local en Cedeira desde 1996, es el nuevo oficial jefe, cargo que compatibilizará con la jefatura de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, que desempeña desde el 2000.
-¿Qué necesidades tiene la Policía Local de Cedeira?
-Estamos mal de plantilla, con la jubilación del inspector ha quedado una plaza vacante más, que se extingue. Quedamos con un oficial jefe y cuatro policías y debería haber un mínimo de seis policías, para poder hacer siempre patrullas de dos. Ahora, muchas veces solo hay uno y eso limita las funciones. Cubrimos los turnos de 8 a 21 horas, de lunes a domingo, pero en verano, si no se contratan auxiliares o se refuerza la plantilla no da para cubrir todos los turnos y las vacaciones. Y en verano se multiplican los problemas, por el aumento de la población y del tráfico.
-¿Qué solución ve?
-Estamos intentando, con la Alcaldía y la Concejalía de Personal, tratar el tema salarial. La Policía Local está desfavorecida en relación con los municipios de alrededor, con diferencias de hasta 300 euros. Es una de las razones por las que la gente se quiere ir, piden comisiones de servicio o hacen permutas, aunque estén contentos con los turnos. Es un hándicap, no tenemos complementos de turnicidad, ni de festividad, ni de peligrosidad, que en otros sitios sí pagan.
-¿Qué problemas detecta?
-El consumo (desde que soy jefe ya me han planteado la preocupación por familiares en esta situación) y el tráfico de drogas; y los casos de violencia de género. He hablado con el Juzgado de Ortigueira para que nos remitan todas las órdenes de alejamiento en vigor, para intentar que se cumplan, al menos en nuestro horario. En seguridad pública, el mayor problema son las peleas entre ciudadanos rumanos, habituales... No es que no las haya entre cedeireses, pero las de mayor alcance suelen ser las otras. Cedeira es una localidad segura, aunque siempre se puede mejorar.
-En cuanto al tráfico...
-En invierno no tiene una incidencia grande, y contrariamente a lo que se cree, andamos por las 300 denuncias al año, un índice muy bajo para el parque móvil que hay. En verano se sanciona más porque aumentan las infracciones. La Alcaldía quiere repasar la organización del tráfico, algo anárquica, y tener más en cuenta los informes técnicos para decidir dónde se pone un paso elevado, un vado, una zona de carga y descarga, una plaza de discapacitados... Y no incurrir en errores anteriores. Se trata de atender siempre el interés público y no un interés particular.
-¿Cree que debe mantenerse el límite a 30 en el casco urbano?
-Sí. Nuestra idea es que la limitación de 30 kilómetros por hora siga vigente, todos los estudios indican que se reducen los accidentes y las consecuencias de los que se producen, con índices de mortalidad que bajan del 50 o 60 % (a 50 kilómetros por hora) al 10 o 15 % (a 30). Aunque, desgraciadamente, en la travesía AC-566 no vamos a poder mantener esta limitación por la negativa del titular de la vía (la Consellería de Infraestruturas e Vivenda).
-¿Dónde debe hacerse el feirón?
-La ubicación del feirón debe ser fija, no puede ir rotando. Es una decisión política, nosotros intentaremos que, mientras se celebra, haya la mayor seguridad posible, y si nos consultan daremos nuestra opinión sobre este aspecto. El Camiño Real de A Magdalena es el lugar con más superficie y menos peligrosidad; la zona más céntrica y comercial está en las inmediaciones del río, pero ahí el problema de tráfico y de seguridad de los peatones es importante. Si se quedase ahí habría que regular y reducir el número de puestos, ahora sin control encima de las aceras.
-¿Introducirá algún cambio?
-Vamos a intentar centrarnos en la prevención, más que en la sanción y la intervención pura y dura, con una planificación previa a la celebración de eventos públicos (en coordinación con los organizadores), controles de alcoholemia a los conductores de los buses escolares (ya hemos hecho dos), controles de documentación y seguros, de sistemas de retención de las sillas infantiles en los coches... E intentaré que la junta de seguridad local se convoque una vez al año, en marzo o abril, para planificar el verano. Se constituyó hace seis o siete años y nunca se ha convocado. Una frase lo resume, prevenir y no lamentar.