Entre orcas, atunes y alcatraces, durante horas en la punta de Estaca de Bares

ANA F. CUBA ESTACA DE BARES / LA VOZ

FERROL

Ornitológicos, en una jornada de recuento del paso de aves migratorias
Ornitológicos, en una jornada de recuento del paso de aves migratorias CEDIDA

Antonio Sandoval desarrolla un proyecto del Ceida para censar aves migratorias, un espectáculo del que también disfrutan ornitólogos de varios países europeos

10 oct 2021 . Actualizado a las 12:08 h.

«Ya llegaron los atunes frente a Estaca de Bares. ¡Qué gran espectáculo verlos pescar tan cerca de tierra, sobrevolados por pardelas cenicientas y baleares, alcatraces atlánticos y gaviotas patiamarillas!», escribía el coruñés Antonio Sandoval, ornitólogo, escritor y comunicador ambiental, el 21 de julio. «Dos orcas, ayer, en Estaca, en un día en que conté más de 7.000 alcatraces, 358 pardelas baleares o 44 gaviotas de Sabine en paso hacia el oeste. Hoy sopla noroeste... ¡A ver qué trae el día!», anotaba el 5 de octubre.

Atunes frente a la punta de Estaca de Bares, el pasado 21 de julio
Atunes frente a la punta de Estaca de Bares, el pasado 21 de julio ANTONIO SANDOVAL

Desde mediados de febrero hasta ahora, ha dedicado 800 horas (repartidas en 157 días, alguno de 11 horas y 45 minutos) a la observación de aves marinas en la punta más septentrional de la península ibérica. En este período ha contabilizado 104.700 ejemplares en paso hacia el este, «prácticamente todos en primavera», y 176.842 hacia el oeste, «la mayoría en verano y en lo que va de otoño». Sandoval participa en el proyecto Ártabro 2, promovido por el Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), con apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del programa Pleamar del FEMP (Fondo Europeo Marítimo y de Pesca). Él se ocupa, entre otras acciones, de realizar el seguimiento del paso migratorio de aves marinas, centrado en el tránsito «posnupcial» en la punta de Estaca de Bares.

El trabajo sigue. «Entre finales de agosto y casi finales de septiembre hubo demasiado viento de nordeste, que no es bueno para las aves migratorias marinas, pero sí para las terrestres. Tuvimos días increíbles, que no recordábamos, con entrada de papamoscas, tarabillas norteñas o torcecuellos, que saltan de Francia o del sur del Reino Unido hacia aquí, esos vientos de cola los arrastran», cuenta. «Estamos en la mitad de la temporada fuerte, el momento crucial. Es la mejor época para ver pasos de alcatraces, uno de los grandes espectáculos de la naturaleza de Europa... una marcha constante de miles y miles de alcatraces en medio de otras aves marinas. Para los que disfrutamos tanto de la observación es algo extraordinario», reconoce.

Hay días que está solo, pero comparte muchas jornadas con ornitólogos de la zona -destaca el trabajo de Antonio Martínez Pernas, Ricardo Hevia, Pablo Lado, Alfonso Valderas o Daniel López Velasco-, franceses, británicos, finlandeses y holandeses, que en varios casos han pasado dos semanas aquí. El turismo ornitológico va a más. «Hay posibilidades de ver aves raras, muy difíciles de ver en Europa, con uno o dos ejemplares cada año», indica. Es el caso del piquero pardo, una especie tropical de alcatraz muy escasa en Europa, de la que suman tres registros este año; petreles de Madeira y gon gon, «especies muy amenazadas», con seis observaciones; o un págalo polar, que avistó Sandoval en una salida a alta mar, a pocas millas de Estaca de Bares, «en un paso increíble de charranes y otras especies», un seguimiento que otros compañeros efectuaron simultáneamente desde tierra, lo que les permitió compartir y comparar ambas experiencias. Sandoval lleva años realizando esta labor, de manera voluntaria, como otros ornitólogos locales, siempre atentos al mar, por si saltan los atunes o una ballena yubarta.