La Charla Saludable virtual que concienció sobre cómo prevenir la enfermedad renal

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

VÍTOR MEJUTO

El jefe del servicio de Nefrología del CHUF explicó las causas y las repercusiones de una dolencia sin síntomas en las dos primeras fases

10 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El ciclo de Charlas Saludables que organiza La Voz de Galicia y el Área Sanitaria de Ferrol se centró este miércoles en la enfermedad renal crónica. Desde Internet (la web de La Voz de Ferrol, junto con los espacios de La Voz en Facebook y YouTube) la periodista María Meizoso dirigió un encuentro protagonizado por el responsable del Servicio de Nefrología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF), Pablo Bouza Piñeiro. Este especialista cuenta con una larga trayectoria en la que ha logrado que el área sanitaria sea pionera en algunas terapias como la diálisis a domicilio y su control remoto. En los citados canales sigue colgada una intervención en la que los espectadores pudieron intervenir con sus preguntas.

El encuentro se enfocó hacia la prevención de las enfermedades del riñón, que muchas veces tardan demasiado en diagnosticarse. Por esta razón, Bouza tituló su charla Enfermedad Renal Crónica (ERC): el enemigo silencioso. El especialista del Marcide inició su exposición repasando el sistema urinario. Así, reveló que los riñones tienen más funciones que limpiar la sangre eliminando desechos del metabolismo a través de la orina, ya que regulan los líquidos corporales; el equilibrio de electrolitos y ácido-base; cumplen una gran función en la eliminación de fármacos y también tienen cometidos hormonales: la maduración de los glóbulos rojos y la función de regular la presión arterial.

Síntomas difusos

Lo curioso es que cuando estos órganos empiezan a tener problemas apenas generan síntomas. Por eso el nefrólogo del CHUF insiste en la prevención y en el control médico regular cuando se trata de enfermos de riesgo. «La enfermedad renal no presenta síntomas hasta que ya ha avanzado mucho y en algunos casos hasta el extremo de llevar al paciente a sesiones de diálisis o incluso a un trasplante de riñón», alertó Bouza Piñeiro, que también describió los tipos de daños renal y sus consecuencias, así como las interacciones con otros órganos como el corazón.

El responsable del servicio de Nefrología del Marcide detalló que los episodios agudos de fracaso renal se desarrollan en cuestión de horas o días y «existe la posibilidad de recuperación si el mecanismo desencadenante es eliminado, un ejemplo puede ser el de un paciente que ingrese para una operación y se produce este fallo que se trata y desaparece». No obstante, cuando se trata de una enfermedad renal crónica (ERC) se van acumulando problemas durante meses o años y de forma silenciosa. «Esta enfermedad es progresiva, va pasando por diferentes etapas y a medida que se va perdiendo la función del riñón no es recuperable», apuntó en una intervención muy didáctica que generó muchas felicitaciones en las redes sociales.

Diagnóstico: un simple análisis

Bouza detalló que es relativamente sencillo prevenir estas dolencias e incluso diagnosticarlas antes de que causen un daño importante en el organismo, ya que la detección la puede realizar cualquier médico de cabecera simplemente con un análisis de sangre y orina. La parte central de su intervención la dedicó a detallar las fases por las que atraviesa la ERC: en las iniciales apenas dan muestras de lo que está sucediendo en el interior del sistema renal. De hecho, mencionó las pistas que pueden indicar que algo está dañando de forma irreversible el riñón. En este sentido, precisó que en las «dos primeras fases de la ERC casi no hay síntomas», solo a partir de ahí, en la tercera fase, aparecen edemas en las extremidades, pérdida de apetito, cansancio, incremento de las micciones y falta de vida o disnea.

Cuando la dolencia está en las últimas etapas se presentan «picores, alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse, náuseas, vómitos, sobre todo al levantarse, sabor metálico y calambres», según describió un especialista que asegura que hay grupos de población especialmente sensibles: los pacientes que ya padecen diabetes e hipertensión arterial, puesto que son las dos principales causas de nuevos casos de enfermedad renal. También son personas de riesgo los ancianos, aquellos que sufren problemas cardiovasculares en general y los integrantes de familias en las que ha habido casos de dolencias del riñón.

La ERC dispara otros problemas serios del organismo, como el aumento de la presión arterial, la enfermedad cardíaca sobre la que alertó que «es la primera causa de muerte en los pacientes con enfermedad renal crónica», la anemia, los denominados huesos frágiles por la «complicación denominada hiperparatitoidismo, que se debe al incremento de secreción de una hormona que libera calcio del hueso y la malnutrición».

Los citados colectivos que son más propensos deben realizar controles cada cierto tiempo para descartar que la ERC se haya iniciado, aunque la clave está en llevar una vida saludable: ejercicio, una alimentación saludable y equilibrada, así como evitar el consumo de tóxicos como el alcohol o el tabaco son las claves principales que recomienda el jefe de Nefrología del Marcide para mantener los riñones en buen estado. Una de las claves es iniciar la buena alimentación desde la infancia y como ejemplo de este tipo de educación destacó el proyecto 100.000 motivos de peso desarrollado en Narón, que tuvo eco internacional.

Fósforo inorgánico, un peligro para el riñón y el denominado nuevo colesterol

El especialista del CHUF insistió en la importancia de la dieta, en especial, para los enfermos de ERC. Además alertó de los peligros del fósforo, «el nuevo colesterol, presente en alimentos orgánicos como vegetales, donde se absorbe muy poco y de origen animal, algo más; el gran problema es que está presente como excipientes en bebidas con cola y alimentos procesados, aquí es muy peligroso y no sale en las etiquetas, por eso hay que optar por una alimentación lo más natural posible».

«Beber cinco litros de agua al día puede dar problemas»

La Charla Saludable de este miércoles era virtual, pero los espectadores pudieron realizar las preguntas en directo, al igual que sucedía antes de la pandemia. El nefrólogo Pablo Bouza Piñeiro repasó en este turno algunos consejos.

¿Quién debe controlar que en su organismo no aparece la ERC?

Los pacientes con diabetes, los mayores, afectados por dolencias cardiovasculares, personas con historia familiar de ERC, individuos obesos, aquellos que padecen enfermedades autoinmunes (como el lupus o la artritis reumatoide, entre otras), pacientes con antecedentes de litiasis renal de repetición (cálculos), los que han tenido obstrucción de la vía urinaria, así como los que sufren de infecciones urinarias repetidas, sobre todo cuando afectan a la parte alta de riñón, pero no cistitis aisladas (que suelen padecer las mujeres) y aquellos que deben tomar tratamientos con fármacos potencialmente nefrotóxicos (para el cáncer).

¿Cómo ha avanzado el tratamiento de la enfermedad poliquística?

«Se trata de una dolencia en la que aparecen quistes que van incrementando en tamaño y pueden aparecer en otros órganos —precisó el especialista del CHUF—. Desde hace unos años hay un fármaco que es un avance y contamos con un tipo de diagnóstico por estudio genético gracias a una iniciativa del Hospital Clínico de Santiago, que permite localizar esta enfermedad frecuente y se puede evitar que se transmita de padres a hijos».

¿El ibuprofeno puede generar enfermedad renal?

Pablo Bouza explicó que existen medicamentos, como los analgésicos, que consumidos con cierta frecuencia pueden causar problemas en personas que tienen ERC o posibilidades para padecerla, por eso es importante tomarlos bajo prescripción médica el menor tiempo posible.

¿Qué cantidad de agua se debe beber?

«En líneas generales entre litro y medio y dos, pero depende de cada persona», detalló un nefrólogo que aseguró que hay enfermos que deben tomar menos y que «nuestros riñones no van a trabajar mejor por beber cinco o seis litros de agua al día, al contrario esto puede generar problemas». Sin embargo, destacó que en Galicia hay un grave condicionante con la obesidad que ya se transmite a generaciones más jóvenes.