Aquí, al norte

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL

27 sep 2019 . Actualizado a las 23:14 h.

Pues a mí el otoño me ha gustado siempre. Es un tiempo de colores muy hermosos, en el que el cielo parece querer acariciar la tierra. Durante estos meses que siguen al verano, los viejos bosques gallegos -como las fragas del Eume y del Belelle- se convierten en un manto dorado. Una capa bordada de oro que recuerda a las que llevan sobre sus túnicas esos reyes de Oriente que habitan el pensamiento de Dios y cabalgan tras las estrellas del firmamento. A mí, cuando el otoño llega, siempre me emociona saber que se acerca el Día Grande das San Lucas, la jornada mayor de esa vieja feria mindoniense cuya antigüedad se cuenta por siglos. Una feria en la que mucho alegra el corazón ir a ver los caballos que pasan ante la catedral cuando los traen de los montes, donde tienen por familia al viento y a la niebla. El Día Grande das San Lucas, el 18 de octubre, es también, como ustedes saben, cuando renuevan sus lazos de hermandad las dos capitales de la diócesis, Ferrol y Mondoñedo. Las capitales, por tanto, de esta Galicia del Norte que tiene puertos tanto en el Cantábrico como en el mismísimo Océano, y que, sin embargo, aún está a la espera de un vial paralelo a la costa que le ayude a reactivar su economía. La Galicia del Sur existe, nada hay más cierto. Y bien pueden creernos cuando decimos que sentimos por ella, y por todo cuanto se abre al Eixo Atlántico, el mayor de los afectos. Pero la Galicia del Norte existe, también. Abarca las áreas septentrionales de las provincias de A Coruña y Lugo. Y merece un futuro mejor. Pero para eso necesita ser tratada con justicia. Porque es de justicia de lo que hablo, ¿saben? A cada uno, lo suyo. No es cuestión de suerte.