Estadísticas

José Varela FAÍSCAS

FERROL

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No sé si por llevar la contraria -cuando una noticia contenga una cifra, sáltatela: o es falsa o está errada-, me atraen las estadísticas que originan informaciones cada día. Pero hay dos que admiro y envidio. Son, respectivamente, las que complementan los partidos de tenis y las que publica la firma Durex. Me maravilla que cualquier duda por extravagante que sea tenga su soporte estadístico y su ranquin ad hoc: no solo ya se le ha ocurrido antes a alguien, sino que se ha aplicado en clasificarla. Precocidad, rapidez, longevidad, sets dilatados o efímeros, bolas sobre la línea, en el borde de la red, quejas al árbitro, ojo de halcón… todo está ordenado y cruzado. Los anales del tenis son como una esfera de acero bruñido: no tienen rendijas. Pero en la cima del top three estadístico, presidiendo el prodigio matemático del registro está, inalcanzable, el estadillo que periódicamente publica la portentosa maquinaria de propaganda de Puertos del Estado. Inexorablemente, invariablemente, firme como las rocas del cabo Prior, cada mes, la actividad portuaria alcanza un hito nunca en la historia conseguido. Qué no habría dado Paco Balón por disponer de un equipo tan eficiente a los mandos de su vietnamita al servicio del Partido. Con crisis o sin crisis, temporal o calma chicha, el puerto siempre mejora su actividad en el rango que sea: número de atraques, tonelaje de graneles sólidos, líquidos, cabotaje, arqueo de los buques, nacionalidades de los fletes, importaciones, exportaciones, facturación, previsiones, jornales… siempre hay algún ratio que bate al anterior. Es tal el prodigio que deambulo, no sé si en este orden, entre el pasmo y la risa.