Si ya se preveía un tiempo de precampaña convulso porque las elecciones que se celebrarán en mayo de 2019 tendrán mucho de primarias, el resultado de la moción de censura ha añadido un ingrediente nuevo a esa confrontación electoral: el Gobierno de España, si llega a mayo, no podrá eludir un plebiscito de gestión, incluso de sus actuales aliados. Son tan contra natura algunos apoyos que los acuerdos, la estabilidad y la fortaleza, que el presidente Sánchez necesita para abordar asuntos como la cuestión territorial, ni asoman en el horizonte.
Porque siento un infinito hartazgo cuando observo el cinismo y el descarado oportunismo de tantos políticos obsesionados por el poder más que por el deber, a lo largo de estos días he reflexionado sobre qué asuntos debo abordar en mis próximas bitácoras para no provocar en mis lectores la sensación de que no merece la pena seguir leyendo lo que parece un deja vi… No es fácil, pero lo intentaré. Y lo primero que haré es elaborar una especie de bloc de sugerencias programáticas, mirando siempre a lo cotidiano, a aquello que, si mejora, hará que mejore la calidad de vida en aspectos que constituyen la esencia de nuestro bienestar como ciudadanos.
La limpieza, el olor de la ciudad, los jardines, el campus, las calles, alguna plaza emblemática, las playas, la atención a los mayores etc. Y ¿por qué no? hablar de algún candidato si se tercia. A ver si así los aspirantes a alcalde ponen su empeño en buscar la excelencia en lo que es de su competencia en lugar de soñar proyectos virtuales que solo persiguen réditos electorales.