Básicas y necesarias

josé antonio ponte far VIÉNDOLAS PASAR

FERROL

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Me llaman unas chicas que no conocía. Son tres posgraduadas universitarias que han creado una plataforma cultural (Grupo Moussai), cuya finalidad es la de reivindicar ante la opinión pública, empezando por la ferrolana, la importancia que tiene para la sociedad la enseñanza de las Humanidades. Hablando ante unos cafés, me sorprendió su entusiasmo y su empeño en esta tarea. Acudieron a mí en busca de colaboración porque leyeron un artículo que publiqué en esta sección del periódico en el que defendía la trascendencia que en la educación de las personas tienen las materias humanísticas, tan desprestigiadas hoy en día en los planes de estudios. Por supuesto que acepté su invitación para inaugurar un ciclo de charlas-coloquio destinado a reflexionar sobre esta grave cuestión. Suerte y colaboración es lo que necesitan.

Y el día de la intervención me encontré con unos asistentes interesados por el tema, lo cual es siempre un buen punto de partida para una charla pública. Empecé hablándoles de la situación actual, de cómo la sociedad ha dejado de apreciar el estudio de lo que llamamos Humanidades porque hoy no se valora la cultura ni, por tanto, el saber que aportan estas materias académicas. Parece que solo importan las ciencias útiles, la tecnología y las ciencias experimentales, aquellas que en este mundo tecnificado pueden servir para encontrar un empleo. Como si la Universidad fuese una oficina de colocación.

No hace mucho que un ministro de Educación español proclamaba que nuestros universitarios no debían pensar tanto en lo que les gustaría estudiar, cuanto en las necesidades de la sociedad y en la posible «empleabilidad» al terminar los estudios. Como las «necesidades del mercado» no requieren gente formada en estudios humanísticos, los alumnos, inducidos por las autoridades políticas y académicas, acaban dándoles la espalda. Y yo les pregunto a mis oyentes si conocen algo más útil para el ser humano que la cultura, que es el instrumento que nos hace realmente libres, y si se podría comprender nuestra sociedad sin saber nada acerca de su historia, de su arte, de su literatura ni de los pensadores que establecieron sus principios fundamentales.

La respuesta es obvia, porque todos estamos de acuerdo en que el Humanismo (todas las ciencias que estudian el comportamiento, la condición y las obras del ser humano) es, ante todo, una ética, porque ayuda a entendernos a nosotros mismos y a ser solidarios con los demás. Y porque todos sabemos ya que hay ámbitos en la vida humana que no pueden entenderse solo recurriendo a la Ciencia, aunque vivamos en una edad dorada del imperialismo científico y económico. No deja de resultar grotesco que, según una encuesta de una revista americana, los más felices en aquella sociedad sean los economistas…

El tema, por tanto, no es de fácil digestión para este café-coloquio con estudiantes. Es hablar de un panorama pobre y desolador. Pero creo que la única esperanza está en que algún gobierno sensato disponga que hay que reforzar el estudio de las Humanidades en la etapa de Secundaria, y que en la Universidad no se confinen estas materias solo a las «carreras de Letras»: todo el mundo debería conocer la historia, el arte, la literatura, la historia del pensamiento, para poder entender mejor el mundo en el que vivimos. Porque, está demostrado que darle la espalda a las Humanidades empobrece y aísla a las personas.