Ostras de O Barqueiro para el mundo

ANA F. CUBA O BARQUEIRO / LA VOZ

FERROL

JOSE PARDO

El molusco que durante décadas se desechó en la ría por su carácter invasivo se ha convertido en la principal fuente de ingresos de las mariscadoras de la localidad

10 sep 2017 . Actualizado a las 09:10 h.

«Hai máis de corenta anos que hai ostras na ría do Barqueiro», cuenta Maribel Rodríguez, mariscadora jubilada. «Fixeran uns viveiros cerca das Ribeiras, non lles deberon atender, fíxose brava e foise esparexendo [...]. Para nós era un problema, tiñámola que limpar porque arrasaba con todo, a ameixa, o mexillón... Pedímoslle á Xunta que nos axudara, mandounos uns contedores e traballamos como negras, sen cobrar un patacón, para quitalas», recuerda. Hay otras versiones del origen casi legendario de la ostra rizada, Crassostrea gigas, en la ría, que apuntan a una gamberrada de furtivos ocasionales.

El molusco que durante décadas se desechó por su carácter invasivo y porque dañaba el banco de almeja se ha convertido en la principal fuente de ingresos de las mariscadoras de la cofradía de O Barqueiro (la coquina lleva años desaparecida). «Debemos llevar vendiéndolas unos diez anos, pero antes era muy grande porque llevaba mucho tiempo sin recolectar y no valía para comercializar, porque la mayoría de los compradores las quieren como mucho hasta los 200 gramos. Y ahora es lo que más trabajamos [la poca almeja que tenemos la reservamos para antes de Navidad] y a lo largo de todo el año», explica Cristina Trasancos, presidenta de la agrupación de recolectoras de la localidad.

Una tonelada a la semana

Desde hace unos meses, de O Barqueiro salen alrededor de mil kilos semanales de ostra rizada con destino a Mares de Galicia, S. A., en Marín, previo paso por la depuradora de la empresa en Hío (Cangas). «La vendemos a Makro España [un mayorista alemán] envasada en cajas de madera de un kilo [con entre ocho y diez piezas como máximo] y ellos la distribuyen por toda España», relata Sefi Montes, responsable de esta firma familiar.

Ella descubrió la ostra de O Barqueiro a través de Juan Ramón Castiñeira, ex vicepatrón mayor del pósito de Pontevedra y técnico de pesca, entre otros oficios, y ahora chef (él prefiere decir cocinillas) de la vinoteca O Bioco, en la ciudad del Lérez. «Me preguntó de dónde traía la ostra rizada, le dije que de Portugal y de Santander, y me habló de las mariscadoras de O Barqueiro, fui, la vi, la enseñé, me dijeron que sí, la estoy vendiendo y funciona bien», asegura Montes. El último eslabón de esta cadena de historias en torno a la ostra de O Barqueiro conduce precisamente al puerto mañonés.

Hace una década, Castiñeira, entonces vicepatrón mayor en Pontevedra, trabajó con José Daniel Beaz, ingeniero naval y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid originario de O Barqueiro, desarrollando proyectos de mejora de los pósitos gallegos. «En O Barqueiro las mariscadoras se dedicaban a la almeja japónica, porque ya no había coquina [el cambio de corrientes acabó sepultando este marisco], y tenían las playas infestadas de una ostra», evoca. Un día, hace unos meses, conversando con Montes, surgió el tema: «Es una de nuestras proveedoras [...]. Yo había probado las ostras de O Barqueiro, un banco de agua limpia, donde se alimentan de plancton natural, de buenísima calidad... Y ahora les compra una tonelada a la semana».

De 0,80 a 1,50 euros el kilo

«El precio depende del tamaño y va de 0,80 a 1,50 euros el kilo. Tenemos un cupo de 300 kilos por mariscadora y día [son 15], que nunca cogemos porque ni te da tiempo a recolectarlas en las horas de marea ni tenemos quien quiera tanto [operan con varios compradores]», indica Trasancos. Algunos locales hosteleros de la zona han empezado a ofrecer a sus clientes ostras de la ría, pero queda mucho trabajo por hacer, y el chef de O Bioco se brinda a organizar un showcooking para enseñarles a los restauradores cómo prepararlas.