Al Racing se le agota la mecha

Antón Bruquetas FERROL / LA VOZ

OPA RACING

Pierde en Pasarón después de una buena segunda parte en la que, sin embargo, lo hundió un grave error

03 oct 2016 . Actualizado a las 08:24 h.

Dicen que el fútbol es un enigma y esa máxima se cumplió al milímetro ayer. El Racing se salvó cuando peor jugaba, cuando parecía que aún no se había enterado de que el partido estaba en juego, y acabó estrellándose cuando se vistió con su mejor cara, en esos instantes en que sometía al Pontevedra con suficiencia. Tampoco es sencillo de explicar cómo se convirtió una falta en la frontal en un penalti. Aseguran que esa es la magia del deporte más popular del planeta, aunque al Racing hoy estas peculiaridades no le hagan ni una pizca de gracia, pues se marchó hacia A Malata con la sensación de que merecía algo más.

Porque en el arranque al Pontevedra las burbujas le duraron un cuarto de hora. Saltó al césped de Pasarón con el pedal a fondo y al Racing le costó despertarse. Ni siquiera los cambios que introdujo Míchel Alonso en el once, donde Armental y Bandera -que acabaría entrando en el campo sólo dos minutos después de que comenzase el encuentro por la lesión de Juan Martínez- dejaron espacio a Delgado y a Felip, le incrementaron las pulsaciones al equipo departamental. Y en esa pájara inicial pudo caer el partido. En un suspiro, cuando el eco del silbato del árbitro todavía rebotaba por las gradas, el balón acarició hasta en dos ocasiones el larguero de la portería de Sergio García. Incluso llegó a bailar un metro por encima de la línea de gol. José Cruz fue el encargado de alejarlo del área.

Habría sido el guion soñado por Luisito. Pero no se materializó y el Racing comenzó, poco a poco, a crecer. Pablo Rey empezó a coger revoluciones y a Joselu le bastaron dos toques para amedrentar a toda la defensa del Pontevedra. El primero fue un remate que se escapó alto después de un precioso pase del capitán verde a la espalda de los centrales. Y el segundo, un latigazo desde fuera del área que golpeó las vallas publicitarias a un palmo del palo izquierdo de Edu.

Mientras el Racing elevaba su discurso, el Pontevedra no perdía la calma. Le dejó espacio, apeló al repliegue y el orden, y se lanzó en cuanto recuperó la posesión. Era el dibujo que todos esperaban. Los dos interpretaban los dos papeles en los que se sienten más cómodos. Uno madura, al otro, sin embargo, le apasiona la electricidad. El eterno mano a mano del fútbol moderno. La tuvo Bandera a la salida de un córner después de que Bicho se hartase de hacer travesuras pegado a la banda izquierda. Y fue un milagro que Mario Barco no embocase después de que Felip se atascase al despejar. Lo que salió de sus botas fue un centro medido para el delantero del Pontevedra que de volea no fue capaz de estrenar el electrónico de Pasarón.

Se refuerzan las posiciones

En ese tira y afloja se consumieron los primeros cuarenta y cinco minutos. El paso por la caseta le sentó bien al Racing. Se asentó. Ganó pausa y precisión. Y a los de Luisito les tocó sufrir, romper a sudar. Bicho se liberó del costado y se encontró por dentro. Fue una pesadilla. Una triangulación la abrió ángulo para evaluar los reflejos de Edu, aunque al disparo le faltó picante.

El siguiente en intentarlo fue Bandera. Desde muy lejos, pero con mucha intención. A Luisito no le gustaba lo que veía y probó a modificar el esquema. Doble cambio y se plantó en 4-4-2. Ya se habían evaporado casi 25 minutos de la segunda mitad. La reestructuración molestó al Racing. Ahora la presión del Pontevedra había conquistado terreno. La elaboración no era tan limpia, pero seguía teniendo el control. Daba la impresión de que solo faltaba que a Joselu, el punto y la coma del conjunto verde, le llegase una entrega en condiciones para que el Racing tomase ventaja.

Pero, en uno de esos volantazos que a veces ofrece el destino, lo que sucedió fue todo lo contrario. El Racing no acabó una jugada y los futbolistas granates echaron a correr en estampida. En pleno desconcierto, Víctor Vázquez perdió de vista a Mario Barco y cuando se quiso dar cuenta el árbitro había pitado penalti y él estaba expulsado. Así murió el derbi de Pasarón. 

Goles: 1-0, min. 83, Javier Bonilla, de penalti

Árbitro: Gómez Hernández (Castilla y León) amonestó a Capi, Kevin, Bonilla y Álex Fernández del Pontevedra; y a Maceira, Víctor Vázquez, Catalá y Pablo Rey, del Racing. Expulsó a Víctor Vázquez en el 82 y a Catalá en el 92

Incidencias: Partido jugado en Pasarón ante 3.000 personas

Pontevedra: Edu; Miguel, Bonilla, Portela, Capi; Kevin, Jacobo Trigo (Mateu Ferrer, 69’), Mouriño (Álex Fernández, 56’); Añón, Jacobo (Álex González, 56), Mario Barco

Racing: Sergio; Jose Cruz, Maceira, Víctor Vázquez, Catalá; Álex Felip (Brais Abelenda, 85), Juan Martínez (David Bandera, 4’), Pablo Rey, Bicho, Julio Delgado (Armental. 70’), Joselu