El actor y productor Miguel Lago Casal (Ferrol, 1975) comenzó su carrera en los grupos de teatro ferrolanos y naroneses. Desde ayer imparte un curso de interpretación para el cine en el Ateneo Ferrolán con el que espera abrir para otros la misma senda que hace años se abrió para él.
-¿Para quién están pensadas estas clases?
-Para todas aquellas personas que tengan interés en el mundo de la escena y alberguen algún tipo de recelo a la hora de presentarse a pruebas o cástings. La idea es mostrarles cómo aprender a perder el miedo a los rodajes. No tienen que ser precisamente actores profesionales, esto puede servir para mucha gente.
-Vuelve a Ferrol y al Ateneo...
-Sí, yo me fui hace 12 años, pero le debo mucho a espacios de la comarca como la escuela de teatro de Narón. Así que volver a dar clases aquí es una forma de compensarlo, algo que siempre trato de hacer incorporando a gente de la zona en mis producciones, desde la primera. Además, montar este curso en el Ateneo es una forma de apoyarlo en estos momentos duros que está pasando, pero también es que es el mejor lugar para poner en marcha unas clases como estas.
-¿Cómo ve la actividad cultural en la ciudad?
-Ferrol está en el mejor momento, artísticamente hablando. Sin embargo, está en uno de los peores en lo que se refiere al modo en el que se deberían articular los espectáculos con las entidades públicas. Las políticas culturales fallan y no hay vinculación entre el artista y la administración, que debería poner a disposición de los creadores muchos más recursos. Solo pongo un ejemplo: una de las obras de teatro que he producido, El chico de la última fila, un éxito muy premiado de Juan Mayorga, se pudo representar en el teatro Rosalía de A Coruña y en Narón, pero en Ferrol no ha sido posible.