«Me siento muy unido a Ferrol»

FERROL

JOSÉ PARDO

Crónica | Recepción municipal a un político histórico Carrillo rinde tributo, en su visita al Ayuntamiento, al espíritu democrático de la ciudad y a cuantos ferrolanos lucharon por la libertad «como Julio Aneiros y los Pillado»

05 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?Este acto es una demostración de que los españoles vivimos en un país democrático», decía ayer Santiago Carrillo, tras haberse reunido, en el Concello, con el alcalde de la ciudad, Juan Juncal, y con ediles de todos los grupos con representación municipal. «He venido a presentar mis respetos a la primera autoridad de la ciudad», decía el histórico dirigente comunista. Previamente, y durante más de una hora departía, en la alcaldía, con Juan Fernández (IF), Xaime Bello (BNG), Amable Dopico (PSOE) y Yolanda Díaz (EU), además de con el propio Juncal. «Y me he encontrado con una relación democrática que está por encima de las diferencias de partidos», añadía Carrillo. Profundo afecto Lo que ayer recibió Carrillo, de hecho, de las cinco fuerzas políticas que forman el Concello, no fue sólo el reconocimiento, sino el afecto de Ferrol a uno de los protagonistas de la historia española del siglo XX. Todo el afecto -y todo el reconocimiento- que le transmitieron los ediles del gobierno local y de la oposición en una recepción que, en cierta medida, sirve de prólogo al homenaje que la Asociación Cultural Fuco Buxán y la Fundación Diez de Marzo le rendirán el viernes. Sentimientos patentes en las palabras que, en nombre de todo el Concello, pronunció Juncal ante los periodistas: «La generosa actitud de don Santiago, su ejercicio de responsabilidad durante la Transición, permitió consolidar una democracia -remarcó el alcalde- que hay que seguir construyendo cada día». Mientras tanto, Carrillo, cuya serenidad no logró ocultar por momentos la emoción, quiso ayer recordar también, desde el Concello a cuantos ferrolanos («como Julio Aneiros y los Pillado», citó a manera de ejemplo) lucharon por el regreso de las libertades democráticas. De los Pillado, por cierto, ayer estaba allí Rafael (su padre, otro histórico defensor de la democracia, ya no vive). Y tampoco estaba Julio Aneiros, el veterano sindicalista a quien las balas estuvieron a punto de arrancarle la vida el 10 de marzo del 72, durante las protestas de los trabajadores de los astilleros, y al que ayer su delicado estado de salud le impidió desplazarse al palacio municipal. A un Concello en el que Santiago Carrillo confesaba que en Ferrol siempre tiene la sensación de estar en casa («Me siento muy unido a Ferrol», fueron textualmente sus palabras). Y donde desvelaba, también, que a él, tras haberle «faltado España durante 40 años» -los que pasó en el exilio- le acompañará, hasta el fin de sus días, un inmenso «vacío». Un vacío, dijo, que ya no es capaz de llenar.