Clases para ser la mejor madre

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CÉSAR TOIMIL

En directo | Campaña a favor de la nutrición infantil natural Unas veinte mamás se reunieron en A Gándara para intercambiar experiencias sobre la lactancia y convencer a otras de que es el mejor modo de alimentar al recién nacido

01 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?n una sala amplia, veinte jóvenes madres sentadas en corro con sus bebés en brazos. Es una reunión, la primera que se celebra en la comarca, para impulsar la lactancia materna. La matrona Isaura González -organizadora del acto, junto con la pediatra Guadalupe Martínez- anima a las madres a intercambiar experiencias. Así unas aprenderán de las otras, y al salir, convencerán a más mujeres «das múltiples e variadas ventaxas», de la leche materna, en palabras de Isaura. Para empezar, contiene todos los nutrientes que necesita el niño. No hace falta insistir. Enseguida, Irene explica que su Xela ha tomado el pecho hasta los 28 meses. Susana apuesta más alto: Cecilia todavía mama, y tiene 33 meses. Isaura interviene y desmonta el mito de que esta forma de alimentación sólo es apta al principio. No hay límite temporal. Tampoco es cierto que las mamás trabajadoras no puedan dar el pecho. Irene otra vez. Aconseja «extraer la leche y guardarla, se puede incluso congelar, y otra persona puede dársela al niño». Mari, con Pablo en brazos: «Un bebé acostumbrado a esto espera a que llegue su madre a casa para comer». Añade Isaura que en último caso se puede dar alguna toma de leche artificial. La matrona empieza a explicar las ventajas. La primera, que los pequeños enferman menos. Todas asienten. Susana asegura que su niña conoce al pediatra «de las revisiones». Precisa que la leche materna contiene los anticuerpos de todas las enfermedades que ha padecido la mujer y de las vacunas que se le han administrado. Esas defensas pasan al bebé a través de la alimentación. Isaura desmiente otro mito, el de que algunas madres no generan suficiente leche. «É falta de técnica». Y el de que a algunos bebés les gusta más el producto artificial. La diferencia, explica, no está en el alimento, sino en cómo lo toman. Si se acostumbran a un biberón, ya será muy difícil que quieran pecho. Aquí se inicia el debate sobre el primer momento, en el hospital, después de dar a luz. Hace años era frecuente que las enfermeras le dieran biberón a los recién nacidos. Ahora, esto ocurre cada vez menos, aunque Isaura sostiene que en ocasiones aún depende «do concienciada que esteña a profesional». Ana aporta su experiencia. Cuando nació Áitor, en el hospital público Arquitecto Marcide, le dieron biberón. Y con biberón se quedó. Pero cuando Álex llegó al mundo, «me planté», recuerda la madre. «Insistí para que me trajeran al niño y le pudiera dar el pecho». Isaura explica que existe un código internacional según el cual en las maternidades de los hospitales no debe aparecer publicidad de leches artificiales. Las empresas tampoco deben enviar muestras a los domicilios. La matrona recuerda entonces que reuniones como ésta, en un local cedido por el Concello de Narón (la edil de Servicios Sociales, Manuela Pérez Sequeiros, está presente), forman parte de una campaña que Unicef desarrolla en todo el mundo para frenar la creciente influencia de las leches artificiales. Explica que éstas deberían ser un complemento, una ayuda, pero nunca sustituir a la alimentación natural. Y, por si fueran pocas las ventajas de dar el pecho, Isaura pone el broche: «Adelgazas un montón».