­¿Y tú eres de Star Wars o Star Trek?

E. V. Pita REDACCIÓN

EXTRAVOZ RED

MABEL RODRÍGUEZ

¿Qué tienen que ver Uber, PayPal, el bitcoin o Airbnb con la pregunta «¿Y tú eres de Star Wars o de Star Trek?». Mucho. Los inversores de las redes sociales prefieren al individualista Han Solo al señor Spock. Las ideas libertarias marcan ahora el rumbo en Internet.

02 jul 2018 . Actualizado a las 19:43 h.

En la comedia televisiva The Big Bang Theory, el científico Sheldon Cooper y sus amigos del Caltech de California se saludan al modo vulcaniano del señor Spock porque son frikis obsesionados con la serie de ciencia ficción Star Trek, que se estrenó en 1966. Esta ópera espacial hizo un guiño a la causa feminista, pacifista y la igualdad racial de esa época hippy que tanto marcó a Steve Jobs, de Apple.

El fenómeno de los trekkies es de tal envergadura que el sociólogo Henry Jenkins le dedicó parte de su libro Fans, bloggers y videojuegos (2006). Dice que los fans del capitán Kirk crearon un subgénero de novelas (slash) que obligó a la productora a expandir su universo con una mujer con rango de mando, la teniente Uhura, que rompió el techo de cristal en los años 60.

La nave de Star Trek, la Enterprise, pertenece a la flota militar de la Federación de Planetas Unidos, un gobierno universal, pacífico, igualitario y multirracial que ha suprimido el dinero porque ya no hace falta. Todos los habitantes tienen convertidores de átomos en sus casas para fabricar lo necesario. Ya no hay comercio.

Sin embargo, los emprendedores de Silicon Valley son fans de Star Wars, la saga galáctica que arrancó con fuerza en 1978. Su héroe es el burlón contrabandista Han Solo, amigo de sí mismo. Su novia es la princesa Leia, su mejor colega es el peludo wokkie Chewbakka y frecuenta bares en Moss Eysley llenos de extrañas criaturas. El guión de George Lucas zanjó a la vez la integración femenina y la multirracial.

La saga galáctica emocionó a los millenials. David Kirkpatrick cuenta en El efecto Facebook (2011) que Mark Zuckerberg y sus colegas de pasillo en el campus de Harvard tenían colgados posters de Star Wars. Y en La tienda de los sueños (2013), Brad Stone menciona que los fundadores de Amazon coleccionaban figuritas de sus personajes. Fernando Ángel Moreno, en La ideología de Star Wars (2017), explica que las aventuras de los jedis atraen por su ideología pop llena de ideas contradictorias.

El debate entre sagas resurgió cuando el confundador de PayPal e inversor de Silicon Valley, Peter Thiel, reflexionó en su libro De cero a uno (2014) sobre la cultura nerd de los empollones de clase. Recordó que muchos eran abstraídos, retraídos, sin apego social, pero quienes se hallaban en un término medio sobresalieron y ganaron montañas de dinero. Jezz Bezos, Mark Zuckerberg o Elon Musk son ejemplos. Comían pizza mientras trabajaban hasta la madrugada en sus start-ups. Thiel añadió que en su oficina se hizo popular este chiste: «Los nerds de PayPal son fans de la capitalista La Guerra de las Galaxias en vez de la comunista Star Trek».

Pero ¿por qué Star Wars es capitalista? Diversos autores creen que Thiel se refería al individualista Han Solo. El piloto del Halcón Milenario es perseguido por deudas por Jabba the Hub y por un Imperio armado con tecnología brutal. Esta idea caló en las nuevas start-ups: libre comercio sin cortapisas del Gobierno, una nueva versión del laissez-faire, del dejar hacer.

Pero la apuesta de Silicon Valley por Star Wars se ancla en raíces más profundas. En Internet no es la respuesta (2015), Andrew Keen critica que plataformas como Uber o Airbnb montan gigantes automatizados sin apenas generar empleo, sin trabas laborales y ahorrando impuestos. Este patrón se repite con el bitcoin y otras innovaciones. Detrás ve un afán de libertarismo que recuerda las novelas de Ayn Rand. La autora defiende en La Rebelión del Atlas (1957), el segundo libro más influyente en Estados Unidos, el egoísmo racional, la libertad individual, el valerse por sí mismo en contra de la intervención del Gobierno. Sus ideas inspiran a varios emprendedores de Silicon Valley. Y ahora, Thiel, el fan de Star Wars, asesora a Trump.