Auge y caída del clan de los Rato

EXTRA VOZ

Kiko Huesca

El padre y el hermano del ex vicepresidente del Gobierno fueron encarcelados durante el franquismo  por evasión de capitales a Suiza y  forzaron también al Gobierno a rescatar sus bancos con dinero público, mientras que su bisabuelo fue, como él, ministro de hacienda con Maura durante el reinado de Alfonso XII

26 abr 2015 . Actualizado a las 10:47 h.

Rodrigo de Rato y Figaredo, más conocido como Rodrigo Rato, no es el único miembro de su familia que ha sido ministro de Hacienda en España. Su bisabuelo, Faustino Rodríguez San Pedro, ya ocupó esa cartera en el año 1903, durante el reinado de Alfonso XIII, como ministro del Gobierno de Antonio Maura. El ilustre antepasado del ex presidente de Bankia ocupó también las carteras de Estado, de Gobernación, de Instrucción Pública y de Bellas Artes, y fue asimismo alcalde de Madrid. Pero el ex vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar, acusado de cinco delitos fiscales, blanqueo y alzamiento de bienes, tampoco es el primer miembro de este linaje que tiene problemas con la Justicia, y más concretamente con Hacienda. De hecho, su padre, Ramón de Rato Rodríguez San Pedro, fue condenado en 1967 a tres años de prisión y a una multa de 176 millones de pesetas por la evasión de 81 millones de pesetas a Suiza. Junto al padre del ex presidente de Bankia fue condenado, por los mismos delitos de evasión de divisas a Suiza, Ramón de Rato y Figaredo, hermano del ex dirigente del PP, que recibió una condena de dos años y una multa de 44 millones de pesetas. El tío de Rodrigo Rato, Faustino, eludió la cárcel, pero fue condenado también al pago de una multa de cinco millones de pesetas por el mismo caso. La sentencia establecía que habían creado «organización clandestina» para evadir dinero y divisas a Suiza. 

El país helvético es precisamente una de las claves de la investigación contra Rodrigo Rato, ya que un pago de seis millones de euros del banco de inversión Lazard al ex vicepresidente del Gobierno a través de una cuenta del Banco Cantonal de Zürich es el primer hilo del que tiró la fiscalía para iniciar las actuaciones contra él. Rato se enfrenta a unos delitos que, en caso de ser condenado, podrían acarrearle una pena de más de 30 años de cárcel, repartidos los que corresponderían a los delitos fiscal, blanqueo y alzamiento de bienes y los que acarrearía la salida a bolsa de Bankia y el uso de su tarjeta black opaca para Hacienda. De ser declarado culpable, y a la luz de la nueva legislación anticorrupción, Rato tendrá prácticamente imposible obtener un indulto, ni del Gobierno del PP, partido del que se encuentra en baja voluntaria, ni de ningún otro.

Su padre y su hermano tuvieron sin embargo más suerte, ya que, a pesar de que ambos llegaron a ingresar en prisión, en el año 1971 fueron indultados por Francisco Franco, que no solo les libró de la condena, sino también de la onerosa multa a la que habían sido condenados a pagar. El padre de Rodrigo Rato murió en el año 1998 y su hermano Ramón falleció en el 2012. 

Las similitudes entre la situación de Rodrigo Rato y la que atravesaron antes su padre, su hermano y su tío no se agotan en el hecho de que todos fueran acusados de evadir capitales. El motivo por el que el padre de Rato se llevaba el dinero a Suiza era el de financiar un banco helvético que había adquirido poco antes en circunstancias rocambolescas, la Banca Werra. Para ello, detrajo ilegalmente de otro banco español de su propiedad, el Banco Siero, los fondos necesarios para construir una sede de la entidad en Ginebra. La operación fue detectada por la Unidad de Delitos Monetarios y el juez Antonio Sánchez Corral ordenó en noviembre de 1966 su detención y la de su hijo. Unos días después de ingresar en la prisión de Carabanchel por estos hechos, el Gobierno suspendió la actividad de los bancos propiedad de los Rato y tuvo que aprobar ayudas extraordinarias para garantizar los depósitos de los cuentacorrentistas y ahorradores que tenían ingresado su dinero en los bancos Siero, Murciano y de Medina, los dos primeros propiedad de Ramón de Rato Rodríguez Sampedro, ya que el escándalo motivó una petición masiva de retirada de fondos que las entidad es no podían atender. El resto de la banca española tuvo que aportar fondos para impedir la quiebra de estas tres entidades.               

  Una situación muy similar a la que atravesó Bankia, el banco presidido por Rodrigo Rato, que también tuvo que ser rescatado con fondos públicos para garantizar el dinero de los depositantes y cuentacorrentistas tras la gestión del ex vicepresidente del Gobierno, en una operación de rescate en la que también participaron el resto de bancos españoles.

El encarcelamiento del padre de Rato fue aprovechado por José María Ruiz Mateos para hacerse con sus bancos sin aportar realmente una sola peseta por ello, lo que dio lugar a una enemistad entre el empresario jerezano, que muchos años después acabaría también en la cárcel, y el exvicepresidente del Gobierno de Aznar que se mantiene hasta hoy.