Aragonés advierte a Junts y la CUP de que no hay «atajos y soluciones mágicas» hacia la independencia

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente catalán, Pere Aragonès, y el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ayer, a su llegada al debate de Política General.
El presidente catalán, Pere Aragonès, y el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ayer, a su llegada al debate de Política General. DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

El presidente catalán pide a sus socios que se suban al «tren de la negociación» y al Gobierno que acabe con la «represión» de los «aparatos» del Estado

30 sep 2021 . Actualizado a las 14:37 h.

«No hay atajos y soluciones mágicas hacia la independencia». El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se aferró este martes a la mesa de diálogo que ha abierto con el Gobierno de Pedro Sánchez como la «estrategia ganadora» para conseguir la secesión y advirtió a sus socios de Gobierno de Junts per Catalunya y de la CUP de que no respaldará aventuras unilaterales porque, según dijo, lo que les demandan «desde las instancias internacionales» es «la negociación». Aunque su apuesta es el diálogo, y no la ruptura, dejó claro que su objetivo sigue siendo «culminar la independencia» con un referendo de autodeterminación en el que, según dijo, pondrá todos su esfuerzos «por el sí». 

Pide «aparcar tacticismos»

Durante su discurso en el debate de política general en el Parlamento catalán, marcado por la detención en Italia de Carles Puigdemont y su posterior puesta en libertad a la espera de una decisión sobre su extradición a España, Aragonés utilizó un tono más presidencialista que nunca y alterno la defensa de su diálogo con el Ejecutivo con los guiños a los sectores más radicales del independentismo. Pero también las riñas a unos y a otros. «Si el Estado español no aprovecha este proceso de negociación puede hacer evidente, a ojos de aquellos que observan desde el exterior, que no hay ninguna propuesta de hacer una propuesta de solución política a Cataluña», advirtió al Gobierno.

El presidente catalán no ocultó las profundas diferencias con Junts e instó a sus socios a «aparcar tacticismos» y subir al «tren de la negociación» con el Estado, que se ha «reiniciado» para «resolver el conflicto político». Recalcó que en España hay sectores no independentistas que quieren que ese tren descarrile, pero añadió que «también hay gente en Cataluña que quizá lo quiere».

El líder de ERC tiene claro que el objetivo de Junts, y muy especialmente de Puigdemont, es forzarle a levantarse de la mesa y volver a la vía de la unilateralidad y la ruptura. Pero se siente reforzado tras el golpe de autoridad que supuso su negativa a que Junts llevara al foro de negociación con el Gobierno a dirigentes condenados por sedición y su decisión de no romper el diálogo ni siquiera cuando el expresidente catalán fue detenido en Italia. A su juicio, esa mesa es una «oportunidad histórica» que no se puede desaprovechar. «Es el momento de aparcar las posiciones de parte, el tacticismo, y subir al tren. Es el momento de acumular fuerzas y reforzar desde dentro y desde fuera la mesa de negociación y los posicionamientos de la delegación de la Generalitat», insistió en un mensaje al resto de fuerzas independentistas. 

Polémica recepción a Torra

La apuesta por el diálogo no impidió que Aragonés enarbolara todas las reivindicaciones maximalistas del secesionismo al Gobierno para tratar de marcar a Pedro Sánchez el camino por el que debe discurrir la negociación. Esas exigencias incluyeron la petición al Ejecutivo para que controle a los «aparatos» del Estado, en referencia a la Justicia, y acabe con la «represión», bajo la advertencia de que «actuaciones cómo la detención de Carles Puigdemont, el Tribunal de Cuentas o la persecución de la Fiscalía a Tamara Carrasco [miembro de los CDR detenida bajo la acusación de terrorismo y luego absuelta] no ayudan al proceso de resolución del conflicto» y podrían romper la mesa de diálogo.

«Quiero que seamos la última generación de catalanes que sufre el expolio y represión del Estado español» subrayó el presidente de la Generalitat durante un debate que continuará hoy y que comenzó con polémica por la recepción ofrecida por Aragonés y por la presidenta de la cámara, Laura Borras, al expresidente catalán Joaquim Torra, inhabilitado por desobediencia, que en un discurso anterior al pleno denunció la «actitud demofóbica y represiva del Estado» y pidió al secesionismo que pacte «un plan» para la independencia.

La CUP presiona a ERC y fuerza una votación en la cámara sobre un referendo en esta legislatura 

La CUP eleva la presión sobre ERC y Junts per Catalunya para tratar de paralizar la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat. La formación antisistema forzará a todos los partidos a pronunciarse sobre la celebración de un referendo independentista en esta legislatura, al margen de ese foro de diálogo, presentando una propuesta de resolución. «El Parlament se compromete a realizar un referendo de autodeterminación antes de que finalice esta legislatura y, por tanto, insta al Gobierno de la Generalitat a iniciar inmediatamente los debates y trabajos necesarios para garantizar su realización», reza la propuesta presentada ante la mesa de la cámara, que debe decidir si la admite a trámite.

El diputado de la CUP Carles Riera explicó que su iniciativa pone de manifiesto su escepticismo sobre la mesa de diálogo, que ven como un fracaso porque las condiciones actuales hacen que no tenga recorrido. «Esta propuesta nos permite generar un marco político de tensión con el Estado, de reorganización del independentismo y de movilización independentista», destacó Riera, que propuso el referendo de independencia como «plan B» a la mesa de diálogo con el Gobierno.