ERC quiere incluir a los comunes en un Gobierno con CUP y Junts y este los veta

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Pere Aragonés, en la imagen a la derecha, sale de la sede de ERC tras una reunión para valorar los resultados
Pere Aragonés, en la imagen a la derecha, sale de la sede de ERC tras una reunión para valorar los resultados Marta Perez | EFE

«No hay ninguna posibilidad de pacto con el PSC», asegura Pere Aragonès

16 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El día después de las elecciones catalanas, que se saldaron con una victoria del PSC en votos y un empate a escaños en la primera plaza con Esquerra, tanto el candidato socialista como el republicano, Salvador Illa y Pere Aragonès, reiteraron su intención de postularse como candidatos a la presidencia de la Generalitat en la sesión de investidura. Las posibilidades del aspirante del PSC son remotas, pero quiere llevar la iniciativa y anunció que abrirá una ronda de contactos con todas las fuerzas del Parlamento, salvo Vox. Lo hace para que nadie pueda acusarlo de no haberlo intentado, como hizo Inés Arrimadas hace cuatro años.

Aragonès, mientras, insistió en la oferta de formar un Gobierno amplio de corte soberanista entre ERC, JxCat, la CUP y los comunes, que sumarían 82 escaños de 135. Los republicanos buscan la cuadratura del círculo. Porque hablan de un Ejecutivo de izquierdas, mientras cuentan con JxCat, y apuestan por avanzar hacia la independencia de la mano de una formación no secesionista, como los comunes. Está por ver cómo casa la vía amplia que tiene Aragonès en la cabeza con el avance del independentismo, que ha sumado 74 escaños, más que nunca y que por primera vez ha superado el 50 % de los votos. Eso sí, perdiendo más de 600.000 por la alta abstención motivada por la pandemia, pero también por el cansancio de su electorado ante las peleas entre socios.

Las relaciones entre JxCat y ERC han quedado muy tocadas en la última legislatura. Pero se necesitan. De entrada, chocan por los comunes. Esquerra quiere incluir a los de Jéssica Albiach en el Gobierno, mientras que los posconvergentes apuestan por un Ejecutivo «únicamente independentista». Los comunes, a su vez, también vetan a Junts, a la que consideran una formación conservadora y con corruptos, y no participarán en un Gobierno con el partido de Puigdemont. 

Pacto imposible con el PSC

ERC aboga por un Ejecutivo a favor de la autodeterminación y la amnistía. «Tenemos la responsabilidad de abrir una nueva etapa», afirmó el líder republicano. Aunque la aritmética lo haría posible, descartó explorar fórmulas con los socialistas junto a los comunes. «No hay ninguna posibilidad de pacto» con el PSC, afirmó. «Somos como el agua y el aceite», reiteró. Aragonès descartó incluso una investidura con la abstención de los de Illa. Es la fórmula que proponen los comunes y por la que también apostó el expresidente socialista, José Montilla, partidario de un pacto entre socialistas y republicanos.

La fórmula que gana puntos es un pacto a dos entre ERC y JxCat, que suman 65 escaños y están a tres de la mayoría absoluta, por lo que les bastaría con que la CUP -con la que comienza la ronda de contactos y que no descarta entrar en el Ejecutivo- o los comunes se abstuvieran en segunda vuelta. La gobernabilidad ya sería otra cuestión. En principio, JxCat se abre a negociar sin líneas rojas y asumiendo que la Presidencia recaerá en Aragonès. Pero hará valer sus 32 escaños. Presionará fuerte con dos bazas, la de la amenaza de elecciones, y la de la premisa de que «superar el 50 % de los votos debe tener consecuencias». A su juicio, el Gobierno estará «legitimado» para avanzar hacia la secesión. Durante la campaña, Laura Borràs apuntó que con la mitad más uno de los votos soberanistas, el Parlamento debería reactivar la DUI del 2017. Ni el domingo ni ayer, JxCat puso esa exigencia sobre la mesa.