Iglesias defiende las cesiones a ERC y Bildu para que apoyen los presupuestos

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con el portavoz adjunto de Cs Edmundo Bal y el secretario general del grupo, José María Espejo-Saavedra
La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con el portavoz adjunto de Cs Edmundo Bal y el secretario general del grupo, José María Espejo-Saavedra

Otegi reivindica el acercamiento de los presos etarras a las cárceles vascas

18 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La cotización de las acciones de EH Bildu y de ERC en el Congreso se ha disparado en las últimas horas, provocando un desplome de los bonos naranjas de Ciudadanos. El Gobierno sigue empeñado en mantener transitables las dos sendas de las que dispone para aprobar unos nuevos presupuestos, pero, a medida que avanza la cuenta atrás para la tramitación de las cuentas públicas, todas las señales invitan a pensar en una reedición de la mayoría de la investidura, es decir, que Pedro Sánchez logre el respaldo de los independentistas.

Al presidente del Gobierno le gustaría que los dos caminos acabasen confluyendo en la crucial votación que tendrá lugar en unos meses; o al menos ese es su mensaje oficial, pero la realidad es que ERC o EH Bildu mezclan con Cs como el agua y el aceite.

Así lo viene reivindicando desde hace tiempo ya su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, quien insiste en dejar fuera de la ecuación a Cs. Apenas unas horas después de que concluyese su encuentro con los portavoces de EH Bildu en el Congreso, el secretario general de Podemos se apresuró a fijar la posición de su partido en una entrevista en el programa de radio Carne Cruda: «Probablemente sea inviable» llegar a acuerdos con «quien sostiene un bloque con la ultraderecha», dijo, en clara referencia a Cs.

Por el contrario, considera mucho más sencillo pactar con EH Bildu y ERC: «Les vi claramente en disposición de negociar y de llegar a acuerdos. Creo que depende de nosotros, del Gobierno, que haya un acuerdo de presupuestos que se fundamente en la mayoría de la investidura», insistió, mostrándose dispuesto a ceder en las intrincadas cuestiones que estos dos grupos exigen a cambio.

La de los secesionistas catalanes es de sobra conocida: el avance de la llamada mesa de diálogo pactada a cambio de la investidura que permita avanzar de cara a la celebración de un referendo. «Nuestra voluntad es entendernos con la Generalitat», afirmó Iglesias al respecto.

La reivindicación de los herederos de Batasuna es más inmediata: el acercamiento de los presos etarras a cárceles del País Vasco. En palabras de su coordinador general, Arnaldo Otegi: «Sacar la política penitenciaria de la venganza». Iglesias, cuestionado sobre si había tocado este asunto en su reunión con los portavoces de Bildu, amagó con el silencio: «Hay cuestiones sobre las que prefiero ser discreto», dijo, pero inmediatamente después evidenció que su postura al respecto es «muy clara».

Cs, freno a las «locuras» de UP

A pesar del revuelo montado porque Iglesias y Calvo abrieran rondas de entrevistas con otras formaciones políticas de forma paralela, como si fuese una nueva señal de erosión dentro de la coalición, cada vez cobra más peso la tesis de que Sánchez les encargase a cada uno de ellos atraer a las fuerzas con las que guardan mejor sintonía. La vicepresidenta primera se sentó ayer con la formación que lidera Inés Arrimadas en una reunión en la que pudo constatar la predisposición de Cs a negociar unas cuentas «moderadas», siempre y cuando no estén en el mismo barco ERC y EH Bildu. La líder del partido naranja defendió en la Cope que Cs es una garantía para ejercer de freno a «muchas de las locuras» de Iglesias, de ahí el interés de este por dejarlos fuera.

Este encuentro sucedió al mantenido por Calvo 24 horas antes con Néstor Rego, quien, según fuentes parlamentarias, le trasladó que el voto del BNG dependerá de que «o Goberno cumpra co acordo de investidura asinado»,