Adrián Barbón, noveno presidente de Asturias sin el apoyo de Podemos

ESPAÑA

Alberto Morante | Efe

El socialista reclama en su discurso de toma de posesión que «la pluralidad no signifique intransigencia»

20 jul 2019 . Actualizado a las 18:28 h.

El socialista Adrián Barbón se convirtió este sábado en el noveno presidente de la democracia en Asturias, el primero nacido después de que se aprobara la Constitución y que releva a Javier Fernández, con quien le une militancia en el PSOE pero del que también le separa una forma muy distinta de concebir el partido (Barbón fue sanchista de primera hora cuando Fernández encabezaba la gestora socialista) y una completamente distinta percepción generacional de los retos de la política.

Barbón se alzó con la victoria en las elecciones del pasado mes de mayo con una mayoría contundente, de 20 escaños, a solo tres de la mayoría absoluta, lo que le facilitó en gran medida la investidura toda vez que el reglamento del parlamento asturiano no permite un voto negativo de los grupos (sólo el respaldo o la abstención) para evitar los bloqueos. A su amplia representación sumó los dos escaños de IU en un acuerdo programático al que no se unió, sin embargo, Podemos, quien con cuatro diputados le hubiera podido dar la dirección del Ejecutivo en una primera vuelta. En Asturias, Podemos e IU concurren de forma separada a los comicios regionales.

Las relaciones entre socialistas y morados en Asturias han sido tradicionalmente tensas, cuando no de abierto enfrentamiento, en los últimos cuatro años; y el nuevo mandato no parece, de momento, ofrecer ninguna perspectiva de que vayan a mejorar. En un contexto nacional en el que las negociaciones entre PSOE y Podemos han parecido encallar y llenarse de obstáculos en la carrera hacia La Moncloa, las conversaciones en Asturias han sido también un reflejo de falta de entendimiento.

Podemos Asturies presentó problemas ya desde el primero diálogo para la composición de la mesa de la cámara autonómica y finalmente se quedó fuera; una actitud que se reiteró en las semanas sucesivas y que llevó a que finalmente se abstuvieran en la votación de investidura. IU, que sí llegó a un acuerdo, lamentó su «tactismo» y en su primer discurso como presidente, Barbón dejó caer sin nombrar a los morados, que «no hagamos de esta legislatura una mala copia de la anterior: que la pluralidad no signifique intransigencia». Las menciones a evitar el bloqueo también en el Congreso de los diputados no dejaron de repetirse en Oviedo a lo largo de la mañana.

Barbón se reivindicó como ejemplo de una generación nacida en democracia que debe contar con una perspectiva «europeísta y diversa»; unos minutos antes, Javier Fernández, llamaba a recordar los valores de la generación anterior, la protagonista de la Transición, «en el que la identidad española se reinventó a sí misma como cívica, democrática y constitucional».