Explosión de júbilo en los alrededores del Parlamento

M. L. BARCELONA / E. ESPECIAL

ESPAÑA

Marta Pérez | Efe

Miles de personas celebraron este viernes en las calles próximas al Parlamento de Cataluña y en la plaza de Sant Jaume la declaración de una «república independiente»

28 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Miles de personas celebraron este viernes en las calles próximas al Parlamento de Cataluña, en Barcelona, pero también en la plaza de Sant Jaume, donde está la Generalitat, la declaración de una «república independiente». Todo era alegría y emoción. Unos lloraban de felicidad y hasta se invitaban a celebrarlo con una cerveza. Otro interrumpía: «Con cava, ¡hombre, una cosa así se festeja con cava catalán!». «Por fin ha llegado el momento», soltaba una alcaldesa, agitando la vara de mando a los pies de la escalinata en la Cámara. Algunos diputados como Trías miraban nerviosos sus móviles. Artur Mas ya se había marchado al concluir el pleno.

Pero la verdadera fiesta estaba en las calles. Los manifestantes parecían uniformados con sus esteladas al cuello y en mástiles. Llenaban todas las calles próximas, en un sentido y en otro. Desde la avenida del Marqués de Argentera, paralela al mar, hasta el paseo de Lluís Companys, transversal a la anterior. Allí las entidades soberanistas habían instalado pantallas gigantes para que se pudiesen ver las comparecencias de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont después de la sesión plenaria, pero también para contar en voz alta los votos a medida que en el hemiciclo lo hacía la presidenta del Parlamento. Aplaudieron los 72 síes y abuchearon los diez noes. Y abrazos, muchos abrazos. Vivas a Cataluña y «ya somos independientes». Todo sentimiento.

Desfila un grupo de bomberos y son ovacionados a rabiar. Sale del parque de la Ciudadela un regidor y los manifestantes le hacen pasillo al tiempo que tocan las palmas y gritan «¡adelante!». Laia comenta que en su oficina llevaban tres horas «sin dar golpe», pendientes de lo que sucedía en el Parlamento. «Para nosotros es un día histórico, después de todo lo que hemos luchado», asegura. Y añade: «A partir de ahora recuperamos derechos y tendremos un futuro mejor». «Es un sueño, es un sueño hecho realidad», grita emocionada una compañera.

La plaza de Sant Jaume rebosa. Los manifestantes piden retirar la bandera española y la liberación de los Jordis. Comienza un grupo a tocar música. Anuncian fiesta para rato. Y los acordes hacen milagros.

Calles más arriba, en el acomodado Sarrià, desazón en los silenciados y rabia. Un grupo de defensores de la unidad de España se apostan delante de Catalunya Ràdio, rompen cristales y bloquean la salida de la emisora. Corean vivas a España. Los mossos vigilan que no lleguen a la plaza de Sant Jaume. El desasosiego comienza a dar paso al dolor. Según iba llegando la noche, las calles se iban vaciando.