El juez progresista que entró en el Gobierno por lealtad

paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDÓÑEZ

PSOE y PP lloran la muerte del exministro José Antonio Alonso, al que coinciden en calificar de persona íntegra

03 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte de José Antonio Alonso, exministro del Interior y de Defensa y exportavoz del grupo parlamentario socialista con José Luis Rodríguez Zapatero, cayó ayer como un mazazo sobre un PSOE en el que cada vez resulta más difícil concitar un sentimiento unánime. El magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid murió a los 56 años, de cáncer de pulmón. Llevaba cinco retirado de la política, pero sigue siendo recordado por su bonhomía.

Alonso nunca se afilió al PSOE, porque, decía, era un paso demasiado drástico para un juez de carrera como él cuando, en el 2004, Zapatero -su amigo desde la adolescencia en León- le pidió que se incorporara a su candidatura, primero, y que asumiera la cartera de Interior, después.

Venía de ser portavoz de Jueces por la Democracia y vocal del Consejo General del Poder Judicial. Sin embargo, quienes le conocían siempre aseguraron que su ideología jamás se interponía en su labor como magistrado. Nadie contradijo ayer esa narración. Al revés. Si algo se destacó desde las filas socialistas, pero también desde el PP, es que era una persona «muy íntegra». Fue el término que empleó para referirse a él Zapatero, y la expresión usada por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, su oponente en la tribuna del Congreso cuando fue, muy a su pesar, portavoz parlamentario. «Al final yo estaba muy embarazada y él me decía: 'disfruta de lo que venga porque a veces te entretienes viviendo otras cosas y hay que vivir lo importante'», recordó emocionada.

Alonso, lector ávido, hombre de sonrisa fácil, confesaba de vez en cuando que nada le hacía más feliz que llegar a casa para estar con su hijo. Quizás esa fue una de las razones por las que, tras las elecciones del 2011 volvió a la judicatura. Había pasado siete años en puestos que no deseó. Lo que le habría gustado ser al político que más en serio se tomó la lucha contra la violencia machista, como recordaron Elena Valenciano y Juan Ignacio Zoido, era ser ministro de Justicia. Pero no supo negarse a Zapatero y dirigió Interior después del 11M. Durante su mandato, ETA no se cobró ninguna vida. También fue el padre de la ley del carné por puntos, lo que supuso el inicio de una gran disminución de muertos en accidentes de tráfico. Y pasó a Defensa cuando el trabajo del CNI parecía clave para verificar si ETA quería realmente dejar las armas.