Con el corazón

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

10 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los gallegos no queremos la independencia de Cataluña. Lo que aún debemos decidir es si solo queremos que no se vayan o si queremos que se queden, que no es lo mismo, aunque lo parezca. Algunos quieren evitar la ruptura porque les apena la separación, otros porque no quieren dar a los catalanes esa posibilidad. Y quedamos quienes no estamos ni en la indolencia de unos ni en el desprecio de otros. Quedamos quienes queremos seguir con los catalanes porque sin ellos, como sin vascos, andaluces o castellanos, no seríamos lo que somos. Porque queremos seguir siendo lo que hemos llegado a ser después de siglos de convivencia, de compartir alegrías y penurias, esperanzas y sinsabores... y sí, de peleas, pero también de grandes logros que de otra forma no habríamos conseguido. Porque no es que separados seamos menos, es que no seríamos lo que somos. Seríamos otra cosa que ni sé ni quiero ser. Porque somos gallegos trufados de españoles y no seríamos igual de españoles sin los catalanes. Igual que los catalanes son lo que son a fuer de españoles. Porque no es cuestión de pasaporte sino de identidad. Y la identidad no es solo una cuestión de voluntad, sino el fruto de un sinfín de interacciones que nos definen. Somos lo que somos, aunque a veces quisiéramos ser otra cosa. En todo caso, me gusta que sean como son y acepto que quieran ser distintos. Y no quiero ni necesito que piensen ni sientan como yo. Porque la diferencia es buena y la diversidad nos hace mejores. Deseo una vida en común, aunque tengamos que superar obstáculos y a veces muchas incomprensiones, porque juntos somos más y estamos mejor que separados, porque el dolor de la ruptura es mayor que el de las disputas estando juntos. Y para compartir un proyecto no hacen falta razones políticas ni jurídicas. Basta con sentirlo de corazón. De todo corazón.