Díaz siembra dudas sobre la reforma constitucional que impulsa Sánchez

paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Sánchez advirtió de que tan erróneo es «no mover una coma como liquidar» la Constitución.
Sánchez advirtió de que tan erróneo es «no mover una coma como liquidar» la Constitución. Juan Carlos Hidalgo | EFE

La presidenta advierte de que no permitirá una «España a dos velocidades»

09 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez descubrió ayer que hablar de reforma constitucional es adentrarse en terrenos pantanosos. Y que las dificultades del consenso empiezan en casa. El secretario general del PSOE ha decidido recuperar la propuesta que le dejó Alfredo Pérez Rubalcaba, un texto en el que se aboga por perfeccionar los aspectos federales del modelo autonómico, blindar derechos y mejorar los cauces de participación democrática, para incorporarlo a su programa electoral y ese solo movimiento ya ha provocado ruido en sus propias filas.

La puesta en marcha de un nuevo comité de sabios, que debe debatir sobre los cambios ya planteados y analizar si es posible ir más allá, ha coincidido con la presentación del plan con el que los socialistas catalanes concurrirán a las autonómicas del 27 de septiembre. La buena noticia, para el PSOE, es que el PSC ha abandonado la defensa de una consulta sobre la independencia a la escocesa. La mala, es que reivindica el reconocimiento de la «nación» catalana. Y eso levanta ampollas en otros territorios

Los dirigentes socialistas a los que Sánchez ha encargado coordinar la tarea con los diecisiete expertos constitucionalistas -entre los que hay cuatro catalanes, cuatro andaluces y un vasco- aseguran que en su cabeza no cabe una reforma constitucional que ponga en duda la igualdad entre ciudadanos o que permita partir la soberanía nacional, pero se niegan a poner puertas al campo o a determinar hasta dónde se podría llegar en otras cuestiones delicadas relativas al reparto competencial o a terminología como la que plantea el PSC.

«Posiblemente, si en 1978 se hubieran puesto el primer día a decir que se iba a llamar al modelo territorial estado de las autonomías, no se habrían puesto de acuerdo en una reforma de la Constitución», argumentó el andaluz Antonio Pradas, que junto a Meritxell Batet y José Enrique Serrano harán de enlace con los sabios. Su planteamiento parte de la base de que, para hacer posible el diálogo, no hay que ser demasiado concreto. Y así defendió que, aunque al final del proceso los socialistas hagan su propia propuesta, ahora se mantendrá en una cierta ambigüedad.

La jefa de filas en Andalucía, sin embargo, sí consideró necesario poner algunos puntos sobre las íes. Casi al tiempo que Sánchez presentaba en Madrid al grupo de trabajo recién constituido y encabezado por el catedrático granadino Gregorio Cámara, Díaz advirtió de que Andalucía no permitirá ninguna reforma constitucional que consienta que en España haya «comunidades a dos velocidades» Díaz, que se hizo con la presidencia del Comité de Política Federal del PSOE (el que discute sobre asuntos territoriales) en el congreso extraordinario que dio la victoria a Sánchez, tiene claro que va ejercer de autoridad en la materia y a erigirse en guardiana de las esencias del partido para evitar que se deslice por derivas que ya han demostrado tener un importante coste electoral como ocurrió con el Estatuto de Cataluña.