El hombre fuerte del PP será el propio Rajoy, que había abandonado esa tarea, resta poder a Cospedal y evita nombrar a algún peso pasado
19 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Cambios mínimos o mucho ruido y pocas nueces. Así se podrían resumir los cambios en el PP. Aunque Mariano Rajoy mantiene a María Dolores de Cospedal como secretaria general, quiere tomar las riendas directamente del partido, con su mano derecha, Jorge Moragas, como gran controlador. Señala a Carlos Floriano por la debacle electoral y elige nuevas caras en la dirección, pero con un poder limitado. Se había especulado con el nombramiento de un coordinador general con amplios poderes, no ha sido así. Tampoco ha optado por colocar en la cúpula a grandes nombres como habrían sido Alberto Núñez Feijoo o Alfonso Alonso.
¿Qué significan los cambios?
Parece una paradoja, pero Rajoy va a ser el nuevo hombre fuerte del PP, porque, como él mismo reconoció, hasta ahora no se había ocupado lo suficiente del partido. Lo más importante de la reestructuración es el nombramiento de Moragas, su jefe de gabinete en la Moncloa, como responsable electoral. El único objetivo de Rajoy de aquí a cinco meses es ganar las elecciones generales, lo que significa que ese puesto es clave. Pero, además, será el hombre del presidente en la dirección, para facilitar las relaciones entre el Gobierno y el partido, dada la nula afinidad entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.
Rajoy no ha querido relevar a María Dolores de Cospedal, pese a que ha sido criticada por los barones y desde Moncloa como responsable del mal funcionamiento del partido y de su deficiente comunicación. Le agradece los servicios prestados por haber dado la cara en los momentos más difíciles para el partido, especialmente el caso Bárcenas. Ahora se podrá dedicar en exclusiva a su cargo, una vez que se consume su desalojo de la presidencia de Castilla-La Mancha.
¿Quiénes han perdido?
El gran perdedor de la crisis ha sido Carlos Floriano, jefe de las campañas de las elecciones europeas y de las municipales y municipales, saldados con un importante retroceso del PP. Siempre se ha dicho que a Rajoy no le gusta señalar a nadie, pero en este caso le ha marcado como máximo responsable del fracaso. Floriano ha tenido que lidiar con casos de corrupción como la detención de Rodrigo Rato y la operación Púnica, debido a la ausencia de Cospedal en los últimos tiempos. Fue también quien señaló en un anuncio publicitario que a los populares les había faltado piel. En segundo lugar, también ha perdido Esteban González Pons, que deja la vicesecretaría general y se queda con su puesto como portavoz popular en Europa.
¿Cómo queda Cospedal?
Retiene su puesto, pero pierde peso con la entrada de Moragas y el ascenso de Pablo Casado. Además, la permanencia de Javier Arenas en la dirección, su gran enemigo interno, con el que no se habla, es otro serio revés para ella. Será una secretaria general más débil, porque Rajoy ha dejado claro con los cambios que no está satisfecho con el funcionamiento del partido. El dirigente andaluz es el único de los tres vicesecretarios generales al que el presidente renueva su confianza y sigue siendo el gran superviviente del PP, junto a Rajoy, con el que siempre ha tenido una gran relación. Rajoy ha optado por no tocar a ninguno de los dos, lo cual no deja de ser un mensaje a Dolores de Cospedal.
¿Qué pueden aportar las nuevas caras?
La designación de Casado como vicesecretario general de comunicación es un claro intento de mejorar la imagen del partido con un joven político, telegénico y que sabe manejarse muy bien en los medios, como ha demostrado en los últimos meses. Es la estrella en alza del PP, que ya fue el portavoz de campaña en las pasadas elecciones. Más desconocidos para el gran público son los otros tres vicesecretarios, con los que Rajoy busca poner nuevas caras a la renovación, aunque tendrán un papel menor frente al dúo Moragas-Casado. Los problemas con la justicia del nuevo vicesecretario general de Organización, Fernando Martínez, le van a convertir en objetivo de la oposición desde el primer minuto.