Rajoy asume el control total en el PP

ESPAÑA

Mantiene a Dolores de Cospedal y a Javier Arenas, sitúa a Pablo Casado como jefe de Comunicación y encomienda la campaña a Jorge Moragas, su jefe de gabinete

19 jun 2015 . Actualizado a las 10:36 h.

No hay revolución en el PP, y tampoco la habrá en el Gobierno. Cambios cosméticos, sí, y al servicio del líder. Mariano Rajoy confía en sí mismo. Y, por ello, ha decidido echarse el partido a sus espaldas y tomar las riendas de Génova para tratar de recuperar el enorme caudal de votos perdido desde que llegó a la Moncloa a principios del 2012. Después de tres años y medio en los que prácticamente dio la espalda al PP, Rajoy se implicará personalmente en el día a día del partido para tratar de dar la vuelta a la situación apoyado en una nueva cúpula diseñada a su servicio.

Una vez más, el presidente del Gobierno defraudó las expectativas de un cambio de gran calado en el PP. Y, de momento, sigue sin decir una palabra sobre unos cambios en el Gobierno que se dan por seguros. Aunque renueva cinco puestos en la cúpula del partido, Rajoy mantiene en los puestos clave a personas de su absoluta confianza, como María Dolores de Cospedal, que seguirá siendo la secretaria general, y Javier Arenas, que se queda como vicesecretario de Política Municipal y Autonómica.

Floriano, el gran derrotado

Pero, además, el líder popular encomienda la dirección de la campaña de las elecciones generales a su jefe de gabinete, Jorge Moragas, que sustituye en esta función a Carlos Floriano, el gran derrotado de esta remodelación, que paga los platos rotos y se queda fuera del organigrama después de haber sido el número tres del PP. Es decir, que todo está ahora bajo el absoluto control de Rajoy.

Los cambios en la dirección se limitan a la incorporación de nuevas figuras que apenas podrán restar poder a De Cospedal, dada su escasa experiencia y el poco tiempo del que disponen de aquí a las generales para hacerse con el control de Génova. Se trata de Fernando Martínez Maíllo, hasta ahora presidente de la Diputación de Zamora, que será el nuevo secretario de Organización; de Andrea Levy, que sustituye a Esteban González Pons en la secretaria de Estudios y Programas, cargo que ya ocupa en el PP catalán, y del exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, que ocupará la vicesecretaría sectorial, de nueva creación.

El líder asume errores

Más relevancia tiene el puesto de vicesecretario de Comunicación que ocupará Pablo Casado, una de las figuras jóvenes al alza en el partido, que será la cara del PP en su relación con los ciudadanos. Pero el verdadero cambio en Génova es que vuelve Rajoy. «Voy a implicarme mucho mas en la vida del partido», señaló el líder popular, que anunció que a partir de ahora presidirá las reuniones del comité de dirección «como las del Consejo de Ministros», algo que no ha podido hacer hasta ahora por la carga de trabajo en el Gobierno.

Para tratar de recuperar la iniciativa política perdida, Rajoy anunció la convocatoria de una conferencia política los días 11 y 12 de julio, en la que se establecerán las bases del programa electoral para las generales. El líder del PP es consciente del gran malestar que existe entre numerosos dirigentes regionales por el fuerte varapalo sufrido en las municipales y autonómicas, del que culpan al Gobierno por la falta de sensibilidad y capacidad de comunicación a la hora de aplicar las reformas económicas para luchar contra la crisis y a Génova por la falta de contundencia contra los casos de corrupción. Y, por eso, ayer Rajoy situó la corrupción como una de las principales causas de la «desafección» de los votantes. «Esto nos hace muchísimo daño y una de las grandes prioridades debe ser evitar que se vuelvan a producir esos comportamientos y, si se producen, que se actúe con rapidez y contundencia», dijo.

«La vuelta a la tortilla»

Con todo, la razón «principal» de la pérdida de votos es, a juicio de Rajoy, «que hemos pedido mucho esfuerzo a los españoles y solo ahora se ve el resultado». Aun así, aseguró que el Gobierno ha hecho lo que había que hacer. «Le hemos dado la vuelta a la tortilla», dijo sobre la recuperación económica. Su análisis es que los votos perdidos se han ido «claramente» por el centro y por la abstención. Y, frente a ello, el objetivo es ganar las próximas generales «con claridad» para impedir que se produzca una marcha atrás que echaría por tierra la recuperación económica.

Pero el presidente del PP quiso lanzar también un mensaje de optimismo asegurando a los suyos que han estado muy cerca, a solo un escaño, de gobernar ciudades como Madrid y Valencia y que hay motivos para mantener el optimismo en las generales.

«Creía que compartía valores con el PSOE»

Rajoy se mostró muy duro con el PSOE y sus alianzas tras las municipales y autonómicas. Afirmó que después de creer que compartía «los mismos valores constitucionales», el mismo «amor por España» y por el «bienestar» de los ciudadanos, el «sectarismo» que, a su juicio, demuestra este partido le hace ver que no es así. «Ahora veo que no», afirmó, y señaló y que «es bueno saber a qué atenerse» porque eso indica lo que ocurriría si triunfara en las generales el «frente anti-PP».