La batalla final por el PP de Madrid

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Chema Moya | EFE

Rajoy está convencido de haber dado por fin con la fórmula para controlar el avispero madrileño, tanto si Aguirre logra ser alcaldesa como si fracasa

15 mar 2015 . Actualizado a las 10:44 h.

Aunque con muchos años de retraso, el PP de Madrid ha terminado convirtiéndose para la dirección popular en algo similar a lo que históricamente ha sido el PSOE de Madrid para la cúpula nacional de los socialistas. Lo que primero fue la Agrupación Socialista Madrileña y hoy es el Partido Socialista de Madrid (PSM) lleva siendo un avispero incómodo e imposible de controlar desde los tiempos de Pablo Iglesias, a finales del siglo XIX. En el PP no hay que remontarse tanto. Desde que Fraga fundara Alianza Popular, la organización madrileña nunca fue un problema hasta que en el 2004 Esperanza Aguirre dio un golpe de mano y desplazó de la presidencia a Pío García Escudero, que llevaba desde 1993 al frente del partido, siempre obediente a Génova y próximo a Alberto Ruiz-Gallardón. Desde ese día, el PP de Madrid es un verso suelto al que Rajoy lleva diez años tratando de hacer entrar en vereda.

Cifuentes y Granados

En aquel equipo de Aguirre que se hizo con el control del PP de Madrid en el 2004 figuraban dos nombres destacados, muy de actualidad. Francisco Granados era el secretario general. Hoy está en la cárcel. Cristina Cifuentes era la secretaria ejecutiva de Política Territorial. Hoy es la candidata del PP a la Comunidad de Madrid y la apuesta de Rajoy para doblegar a la lideresa y recuperar para Génova con el control del PP de Madrid, tanto si Aguirre consigue la alcaldía de la capital como si fracasa en el intento.

La pretensión de Esperanza Aguirre cuando abandonó la presidencia de la Comunidad de Madrid en el 2012, solo un año después de ser elegida, era consolidar en el cargo a su entonces número dos, Ignacio González, para controlar totalmente el PP de Madrid. González al frente del Gobierno regional y ella a los mandos del partido, a la espera de completar la jugada haciéndose con el cargo al que siempre aspiró, la alcaldía de Madrid. La incapacidad de González para ganarse la confianza de Rajoy ha hecho fracasar la primera pata de ese proyecto. Y está por ver si el segundo pilar, el de lograr la alcaldía, no fracasa también.

Aguirre solo ha renunciado de antemano a la presidencia del partido si logra el bastón de mando. Pero, convencida de que lo logrará, pretende blindarse con un equipo de fieles en la alcaldía. De entrada, organiza su campaña al margen de Génova y de Moncloa.

Dos proyectos paralelos

Se entiende que Esperanza Aguirre rechazara ceder todavía el control del partido y que una gestora le organizara la campaña del PP en Madrid si se tiene en cuenta que ha conseguido imponer a Íñigo Henríquez de Luna, hombre muy próximo a ella y su probable número dos si alcanza la alcaldía, como director de la campaña electoral del PP madrileño, coordinando tanto la de Aguirre como la de Cifuentes. La responsable de su propia campaña municipal será Inmaculada Sanz Otero, directora de Relaciones Institucionales con la Asamblea de Madrid. Y su jefa de prensa será Isabel Gallego.

Campaña interna y externa

Todo lo contrario ha hecho Cifuentes, que ha elegido a un equipo estrechamente vinculado a Génova. La elección como jefe de campaña de Juan Carlos Vera, un histórico del PP que está en el epicentro de la dirección nacional del partido como número dos de estrategia electoral nacional, ha provocado el malestar del mayoritario sector aguirrista del PP de Madrid. El presidente del Pleno del Ayuntamiento de Madrid, Ángel Garrido, será el portavoz de campaña. De la comunicación se encargará Marisa González, que ya ejercía como su jefa de prensa en la Delegación del Gobierno. González trabajó antes para Alberto Ruiz Gallardón y, al igual que hizo con este, ha conseguido labrar para Cifuentes un perfil progresista.

Chema Moya | EFE

La campaña de ambas no será solo, por tanto, una batalla contra el PSOE, Podemos y Ciudadanos, sino también una competición interna de cara al futuro control del PP madrileño. Si Aguirre gana la alcaldía, renunciará a la presidencia de la organización regional, pero nada impide que postule a uno de sus partidarios, quizá Henríquez de Luna. Nadie espera que tire la toalla sin más. Rajoy sabe que la batalla será dura y que Cifuentes debe ganarse la confianza. En caso de que Aguirre no logre ser alcaldesa, es improbable que pretenda seguir controlando el partido. Aunque Cifuentes ya ha adelantado que no aspira a la presidencia del PP de Madrid, tendría vía libre para imponer a alguien de su confianza, con lo que Rajoy conseguiría por fin amarrar al PP de Madrid.

La lideresa forma un equipo potente para hacerse fuerte en el partido de cara al futuro

Rajoy sabe que corre un riesgo al designar candidata a Aguirre. Si consigue para el PP la alcaldía de Madrid en un momento difícil para el partido, la lideresa se apuntaría un éxito formidable. Al frente de la capital, y rodeada de un equipo potente, podría tratar de desafiarle en el futuro y disputarle el liderazgo del PP nacional. Pero Rajoy ha sido pragmático. Si se gana la alcaldía, su apuesta habrá sido un éxito. Si se pierde, nadie podrá culparle a él y Aguirre se habrá debilitado. Pero si hubiera designado a otro candidato y se perdiera, las críticas se habrían vuelto contra Rajoy por no escoger a la más apoyada en los sondeos.

Aguirre, de momento, trata de formar un equipo con peso político propio. No ha dado todavía nombres. Pero se habla ya de figuras relevantes muy cercanas a ella y de perfil netamente conservador que podrían estar en su lista. Entre ellas, Percival Manglano, que fue elegido concejal en la lista de Alberto Ruiz Gallardón pero no tomó posesión del cargo, ya que Aguirre le llamó para ocupar al Consejería de Economía, cargo que abandonó cuando la lideresa dio la espantada. Otro nombre muy próximo a ella es Ángel Carromero, secretario General de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, condenado en Cuba por la muerte del opositor Osvaldo Payá. Se habla también de Cayetana Álvarez de Toledo, diputada por Madrid desde el 2008 y muy próxima a Aznar, con el que colabora en FAES, y de Lucía Figar, actual consejera de Educación de la Comunidad de Madrid.

Cifuentes tiene mucho menos definida su futura lista, aunque se da por hecho que en ella habrá hombres de Génova y alcaldes de ciudades importantes, como Juan Soler, de Getafe, o Daniel Ortiz, de Móstoles.