Una ribadense que se siente alicantina, atrapada en los tentáculos del caso Brugal

j. Á. f. redacción / La voz

ESPAÑA

24 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Aacosada por su partido -el PP, con cuyo presidente regional se había reunido por enésima vez horas antes- Sonia Castedo aprovechó el día de su cumpleaños para anunciar a la ciudadanía alicantina, vía Facebook, que tira la talla y renuncia su silla en el consistorio, tanto a la de alcaldesa, como a la de concejala.

El anuncio no pilló a nadie por sorpresa. La primera edil alicantina es investigada por corrupción desde el año 2010 y en las próximas semanas tendrá que declarar como imputada por las supuestas irregularidades durante la tramitación del Plan Rabassa, un anexo al plan urbano de la ciudad en el que la alcaldesa está encausada por los delitos de prevaricación y tráfico de influencias. También está imputada en el caso Brugal por los presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho y revelación de secretos durante la elaboración del Plan General de Ordenación Urbana.

La Fiscalía Anticorrupción sostiene que, durante su etapa como concejala de Urbanismo, podría haber facilitado a Enrique Ortiz información privilegiada referente al PGOU antes de que estos vieran la luz, con el objetivo de beneficiar los intereses del constructor y que supuestamente pudo haber pactado con él la remodelación del estadio Rico Pérez. Lo habría hecho, según el fiscal, a cambio de dádivas y prebendas como vestidos, un coche modelo Mini, viajes y colocación de personas afines a ella en la empresa de Ortiz.

¿Quién es Sonia Castedo? La alcaldesa dimisionaria es oriunda de la villa lucense de Ribadeo, hija de un marino mercante que hacía la ruta Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga, Tenerife y Las Palmas. La familia veraneaba en Benidorm y cuando ella tenía 13 años trasladó la residencia a Alicante. En 1991 se licenció en Sociología. Dos años después se afilió a Nuevas Generaciones y en 1995 entró a trabajar como técnica en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Alicante. Cuatro años más tarde ya era concejala y en el 2008 accedió a la alcaldía. Desde Alicante no se olvidó de su Ribadeo natal. En Navidades solía enviar turrón para Cáritas y el año pasado fue llamada a leer el pregón de las fiestas, pero la vetó el alcalde.