En su formación, la relación que mantiene desde hace unos tres años con Iglesias despierta más recelos que simpatías. En los platós se ve obligada a repetir casi en cada alusión que no es de Podemos. En Izquierda Unida dicen las malas lenguas que algunos la llaman «el submarino de Podemos». Pero Tania Sánchez figura en los carteles de las primarias de IU que estos días recorren la comunidad de Madrid, y es fiel a las siglas del partido desde que empezó como concejal en su ayuntamiento, Rivas-Vaciamadrid. A Pablo Iglesias lo conoció cuando este asesoró al partido de Cayo Lara en el 2011, año en el que Sánchez empezó a participar también en algunos programas de La Tuerka. «Parece que las mujeres no pueden tener ideas propias y diferentes a las de su pareja. En Francia, Ségolène Royal siempre tuvo que marcar distancias con su exmarido, Francois Hollande», comenta Cristina Ares, profesora de Ciencia Política en la USC. «Cuando una mujer hace política siempre se piensa en quién es su padre, con quién está casada o quién fue su mentor», añade. ¿Es entonces machista como dice Pablo Iglesias que le pregunten por Sánchez? «Si a él lo presentaran siempre como el novio de Tania Sánchez no sería machista», zanja.
La candidata de IU, la versión «light» de Podemos para muchos, es partidaria de concurrir con candidaturas ciudadanas al estilo Ganemos en las próximas municipales y autonómicas. Pero su bache más importante ya no es separar su vida privada de la pública, si no unas acusaciones sobre su etapa como concejal en la localidad madrileña de Rivas, cuando se adjudicó a una empresa participada por su hermano un contrato público. Desde el PP incluso comparan esta situación con la de la recién dimitida ministra de Sanidad Ana Mato, salpicada por la trama Gürtel, de la que se beneficiaron según el auto del juez tanto ella como su exmarido. «Y sin embargo nos parece bien que la pareja de Pablo Iglesias se haya lucrado de ser casta de su cargo», dijo el diputado popular Víctor Martínez Pujalte. «La cuestión es que estas sospechas le hacen más daño a Podemos a que a Izquierda Unida. Como el partido de Iglesias no tiene experiencia de gobierno, esa impresión de que todos los políticos pueden ser corruptos se ha extendido primero a Íñigo Errejón, por una beca, y ahora a Tania, que es de otro partido», explica Cristina Ares. El verdadero reto de Sánchez, de consolidarse en las primarias de este domingo, empieza ahora.