Descartada la vía de la presidenta andaluza, tanto Bono como José Blanco y la propia Susana Díaz se han volcado en apoyar a Pedro Sánchez frente a Madina, quien conserva el respaldo de Pérez Rubalcaba. Es esa conjunción de intereses de miembros de la vieja guardia felipista como Bono; ex miembros del aparato zapaterista, como José Blanco, y de la poderosa federación andaluza, lo que explica que el joven diputado madrileño Pedro Sánchez, antiguo pupilo de Blanco y hasta hace poco un desconocido en el partido, casi doblara en avales a Eduardo Madina, miembro de la ejecutiva del PSOE, secretario general del Grupo Socialista en el Congreso y figura muy conocida por ser víctima de un atentado e ETA.
La situación ha dado un giro y ahora es Sánchez quien aparece como favorito. Algo que Madina y su equipo tratan de aprovechar presentando al madrileño como el candidato del aparato, con la esperanza de repetir la sorpresa que dio en su día Zapatero. Para ello, el entorno de Madina considera vital que el tercer candidato, José Antonio Pérez Tapias, acabe sumándose a un proyecto de izquierdas frente al proyecto de Sánchez y la vieja guardia, que tachan de «neoliberal».