El PSOE amaga con una moción de censura para que hable Rajoy

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Sáenz de Santamaría advierte de que no comparecerá porque no hay nada nuevo

13 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La oposición no va a conformarse con el veto del Grupo Popular a que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca en el Congreso para dar explicaciones por los sobresueldos y la supuesta financiación ilegal del PP denunciada por el extesorero Luis Bárcenas. El PSOE está dispuesto a forzar la máquina parlamentaria y ayer amagó incluso con presentar una moción de censura como única vía de salida para forzar a Rajoy a acudir al Parlamento. Pero, antes de eso, los socialistas darán de nuevo la batalla en la diputación permanente del Congreso para conseguir su objetivo. Ayer, presentaron una nueva solicitud de comparecencia.

«Ni votos ni candidato»

«Si me preguntan si el PSOE tiene sobre la mesa una moción de censura, la respuesta es no. Si me preguntan si la descarta, la respuesta también es no». Esa es la fórmula que utilizó la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, para dar a entender que esa vía no está cerrada, en caso de que el PP mantenga su actitud obstruccionista. Pero, convencidos de que se trata de un farol, los populares respondieron con un desafío a la amenaza del PSOE. «Para presentar una moción de censura hacen falta tres cosas. Hace falta un candidato, hace falta una alternativa de Gobierno y hacen falta los votos para sacarla adelante, y me parece que ahora el PSOE no tiene ninguna de esas tres cosas», afirmó el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso.

La actitud de Alonso en el debate de la diputación permanente del pasado jueves, en el que arremetió contra toda la oposición, ha encrespado los ánimos en el Congreso. Tanto el PSOE como los grupos minoritarios creen que el Gobierno ha dado la orden de poner en marcha el ventilador para ocultar la gravedad de las acusaciones contra Mariano Rajoy. Frente a lo que asegura el Ejecutivo, los socialistas sostienen que es posible celebrar un pleno extraordinario con sesión de control con el período de sesiones cerrado, como ya ha ocurrido anteriormente en seis ocasiones. Y están dispuestos a pelear para conseguirlo en la diputación permanente, que probablemente se convocará dentro de dos semanas. Pero la respuesta volverá a ser la misma, porque el Gobierno y el PP consideran que no hay nada nuevo que obligue a Rajoy a comparecer. Según aseguran, eso supondría que Bárcenas manejaría a su antojo la agenda parlamentaria. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que en las últimas acusaciones del extesorero se recogen «hechos idénticos» sobre los que Rajoy ya ha contestado. «El PP y, en particular, el presidente del PP, desde enero ha venido dando explicaciones sobre este hecho que se viene a reproducir en los mismos términos que entonces», incidió.

Frente a lo que considera una maniobra para debilitar al presidente del Gobierno, PP y Ejecutivo insisten en reafirmar el liderazgo de Rajoy que, según la vicepresidenta, cuenta con el «apoyo y la confianza de todo su equipo». «Todos hemos trabajado muchos años con él y sabemos de su honestidad en este punto y en todos y de la rectitud con que siempre se ha comportado», insistió tras destacar que es el único presiente en España que ha hecho públicas sus declaraciones de la renta.

El Gobierno quiere dar la imagen de que este asunto no le afecta y de que sigue trabajando con normalidad. Y para dejarlo claro, la número dos del Ejecutivo puso como ejemplo el «pedazo de reforma» que ayer aprobó el Consejo de Ministros, en referencia a la reforma eléctrica, que incluye una subida del 3 % en el recibo de la luz.