Efectismo y realidad de las operaciones antiterroristas

j. á. fariñas REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

03 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace dos semanas Jorge Fernández Díaz anunció a bombo y platillo las detenciones de cuatro históricos militantes de los Grapo como pieza clave para el esclarecimiento del paradero de los restos del industrial aragonés Publio Cordón que fue secuestrado hace 17 años por una organización terrorista que los distintos responsables del ministerio precedentes dieron mil veces por desarticulada. Cuando los arrestados pasaron a disposición judicial, el juez encargado del caso dejó en libertad provisional con módicas fianzas a dos de ellos, al tiempo que anunciaba la apertura de diligencias para aclarar el origen de una serie de datos de la investigación sobre los que pesaba secreto de sumario y que fueron hechos públicos por el ministro.

Fernández Díaz salió de nuevo ayer a la palestra para informar de otra operación antiterrorista de gran envergadura: la detención de tres presuntos yihadistas de Al Qaida que planeaban atentar «en España o en Europa». Según el ministro, se trataría de «una de las mayores investigaciones hasta el momento en España contra Al Qaida a nivel internacional».

Otras fuentes conocedoras de la investigación son menos optimistas. Los detenidos se habían percatado de que estaban siendo investigados y les dio tiempo de limpiar al menos alguna de las residencias que usaron. Si al juez no le presentan pruebas sólidas que avalen los anticipos dados por Fernández Díaz, que a nadie le sorprenda que los dos rusos y el turco queden pronto en libertad.

Por desgracia, situaciones como estas, cuando de terrorismo de corte yihadista se trata, no son una excepción. Desde que saltó la alarma en España con los atentados del 11-S hubo más de medio millar de detenidos por presuntas vinculaciones con este tipo de terrorismo, pero muchos salieron finalmente absueltos. La serie empezó con la operación Dátil, con 35 arrestados y solo 15 condenados. Años más tarde llegó la Nova, con 43 detenidos y un balance judicial aún peor. ¿Fallan las investigaciones policiales o la respuesta judicial? Sobre la cuestión hay división de opiniones.