Fernando Silva Sande, un gallego nacido en Carnota hace 58 años, diplomado en Magisterio, que pasó a la clandestinidad en 1976 tras fugarse del cuartel de Infantería de Santiago -actual sede del Parlamento de Galicia-, donde cumplía el servicio militar, con 16 pistolas y tres subfusiles, es la pieza clave en todo este embrollo. Tras integrarse en la Organización Marxista-Leninista de España (OMLE) en 1974, al año siguiente ingresó en el PCE(r), y en 1976 ya era el máximo responsable en Barcelona de los Grapo, que se habían convertido solo un año antes en el brazo armado del PCE(r).
Ya con un amplio historial delictivo y dilatadas estancias carcelarias a sus espaldas, su última acción de envergadura fue el secuestro de Publio Cordón el 27 de junio de 1995. En noviembre del 2000 fue detenido en Francia junto a otros seis grapos, entre ellos, Manuel Pérez Martínez, alias Camarada Arenas, y Vi, por entonces su pareja.
Condenado a prisión por asociación de malhechores con fines terroristas, Silva Sande fue entregado temporalmente a España en el 2005 y definitivamente en el 2007. En el juicio por el secuestro de Publio Cordón, resultó condenado a 28 años de cárcel. En el 2009 fue juzgado de nuevo, esta vez junto a Vi, por la colocación de explosivos en 1998 en torres de transmisiones de Radio Nacional y del Ejército. En este juicio se desmarcó por primera vez de la banda, a la que tildó de terrorista, con esta afirmación: «No soy inocente, porque he sido lo bastante gilipollas para militar en una organización terrorista». Desde entonces colabora con la Justicia en las investigaciones sobre el secuestro y la muerte de Cordón.