Una revisión que la crisis ha hecho urgente

E. C. Madrid / la voz

ESPAÑA

El Gobierno reformará las Administraciones públicas aunque no haya acuerdo

06 may 2012 . Actualizado a las 03:02 h.

«Arbitrar fórmulas más eficientes de coordinación y reparto de competencias, de eliminación de duplicidades innecesarias, de solapamientos indeseables con supresión incluso de entidades y organismos que no resistan una prueba objetiva de utilidad o cuyo coste resulte desproporcionado para los ciudadanos». Esta frase, pronunciada el jueves por Mariano Rajoy en el Consejo de Estado, encierra las líneas básicas de la reestructuración de las Administraciones públicas que pretende. El viernes, el Gobierno dio un tímido primer paso en esa dirección al recuperar las competencias sancionadoras sobre el uso del agua en todas las confederaciones hidrográficas. Según Soraya Sáenz de Santamaría, un «anticipo» de lo que tiene en cartera. Rajoy ha ofrecido al PSOE pactar esta importantísima reforma y Rubalcaba ha recogido el guante.

Existe un amplio territorio de consenso por el que los dos grandes partidos pueden transitar juntos en una revisión que la crisis ha convertido en imprescindible y urgente. En un momento en el que el Estado de bienestar está en cuestión, es inadmisible que una misma competencia sea ejercida por hasta cuatro Administraciones diferentes.

Pero el consenso no va a ser fácil. La vicepresidenta ha dejado claro que los marcos principales de las conversaciones serán el Consejo de Política Fiscal y Financiera y la Comisión Nacional de la Administración Pública, donde el PP tiene clara mayoría e impone sus criterios. Además, el Gobierno pretende en buena medida ligar esa revisión del modelo a la aceptación de sus ajustes. Da la impresión de que Mariano Rajoy va a reformar las Administraciones públicas sí o sí, aun sin acuerdo del PSOE, y que su oferta es poco más que un gesto obligado.

Por otro lado, Andalucía y el País Vasco se han erigido en los arietes de la resistencia socialista a los recortes en sanidad y educación y a la reforma laboral. Hasta el punto de que no aplicarán algunas de las medidas aprobadas por el Gobierno e incluso las recurrirán ante el Constitucional. La desconfianza mutua entre el Gobierno y el PSOE dificulta cualquier acuerdo.

análisis los dos grandes partidos tienen espacio para el consenso