Blanco pide al próximo presidente que reconozca la labor de su antecesor
17 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El jueves, Mariano Rajoy dijo que las medidas que adoptará «no serán gratas», en la línea de los recortes de Artur Mas en Cataluña. Ayer, el Gobierno saliente de José Luis Rodríguez Zapatero advirtió de que el próximo presidente deberá tomar ineludiblemente decisiones difíciles para afrontar la crisis económica y cumplir los criterios de déficit impuestos por la canciller alemana, Angela Merkel, en la Unión Europea.
El que ha sido mano derecha de Zapatero desde que empezó su mandato, José Blanco, admitió que «el próximo Gobierno tendrá que tomar sin duda decisiones difíciles para responder a los desafíos que tenemos ahora como país». Así lo manifestó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que ponía punto y final a los siete años y medio de la era socialista. Fue también una forma de pasar factura a Rajoy. El portavoz en funciones aseguró que ahora el líder del PP tendrá que hacer «propósito de enmienda» por sus duras críticas a Zapatero cuando tuvo que hacer también importantes recortes en mayo del 2010, como congelar las pensiones o bajar el sueldo de los funcionarios, para evitar la intervención de la UE. Asimismo, se mostró convencido de que la labor del presidente ganará «peso y reconocimiento» con el paso de los años, porque ha tomado decisiones «con aciertos y errores», pero siempre respondiendo a los intereses generales de España y no a los particulares.
Lo mejor para Rajoy
En su despedida, no quiso evaluar las medidas que tendrá que adoptar Rajoy, al que dijo corresponde ahora marcar los «tiempos, las iniciativas y las políticas», y se mostró «ansioso por conocerlas» en el debate de investidura del lunes y el martes. Tan solo se limitó a desear «lo mejor» al nuevo Ejecutivo.
Al tiempo que Blanco pronunciaba esas palabras, Zapatero y Rajoy cerraban oficialmente un traspaso de poderes nada traumático en una reunión de una hora y cuarenta y cinco minutos en el palacio de la Moncloa. Blanco lo calificó de «modélico», marcado por la «transparencia» y por «nuestras convicciones democráticas». Las relaciones personales del presidente en funciones y del que será su sucesor han mejorado sustancialmente en los últimos tiempos, lo que ha facilitado el proceso de transición. Fuentes de la Moncloa aseguraron que la reunión se había desarrollado en un «buen clima» y que el líder del PP mostró su interés por concretar algunos asuntos pendientes antes de su toma de posesión, el miércoles. Después de la entrevista, Zapatero presidió su último Consejo de Ministros, que, según Blanco, estuvo marcado «por el honor y la emoción».
Colaboración
Fue su segunda reunión desde las elecciones del 20 de noviembre, pero como Rajoy dejó claro el jueves «no es el final de nada», porque su intención es seguir hablando con el líder socialista cuando este abandone sus responsabilidades de Gobierno.
Los socialistas insisten en que la colaboración demostrada por el Gobierno en el traspaso de poderes no cambiará cuando empiecen a ejercer su labor de oposición a partir del lunes. Alfredo Pérez Rubalcaba aseguró el jueves que harán lo que a Zapatero le hubiera gustado que hiciera Rajoy desde la oposición. Pero Rubalcaba no podrá pecar de blando, porque el debate será su plataforma para ganar el apoyo de los suyos en su carrera por el liderazgo del PSOE.