La reforma puede con la rebelión

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

PSOE y PP imponen el cambio constitucional, que nacionalistas e IU se negaron a votar

03 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los diputados de ERC, BNG, ICV y Nafarroa Bai se ausentaron de la sesión parlamentaria antes de la votación. Los de CiU y PNV sí se quedaron en la Cámara pero no apretaron botón alguno. Gaspar Llamazares se mantuvo en el hemiciclo, pero solo con el objetivo de vetar las dos enmiendas transaccionales con las que socialistas y populares querían atraer a los nacionalistas catalanes hacia la abstención. Tenía intención de irse de la Cámara, pero no pudo salir.

En medio de una rebelión sin precedentes de los grupos nacionalistas, secundada por IU, el Congreso aprobó ayer la reforma de la Constitución, la primera de calado desde su aprobación hace 33 años, que establece el principio de estabilidad presupuestaria. El resultado fue de 316 votos a favor y cinco en contra, correspondientes a Coalición Canaria, UPyD y dos parlamentarios del grupo socialista -el esperado de Antonio Gutiérrez y el del vigués José Manuel Bar Cendón, que dijo que se había equivocado-. Otros tres diputados socialistas, Manuel de la Rocha, José Antonio Pérez Tapias y Juan Antonio Barrio de Penagos, de Izquierda Socialista, se quedaron en sus despachos en señal de protesta.

PSOE y PP no sumaron ni un solo apoyo más de los conseguidos en la toma de consideración de la propuesta del martes. Incluso Coalición Canaria pasó de la abstención al no. Sus intentos de convencer hasta el último minuto a CiU para que se abstuviera no tuvieron éxito. Parecía que los dos grandes partidos habían logrado un acuerdo pírrico para conseguirlo mediante dos transaccionales, una de las cuales dejaba clara la autonomía financiera de las comunidades. Pero no fue así. José Luis Rodríguez Zapatero atribuyó el fracaso al veto del diputado de IU, pero Josep Antoni Duran i Lleida declaró que, aunque se hubieran aprobado esas enmiendas, su grupo tenía decidido no participar en la votación.

En sus intervenciones, los portavoces de los grupos minoritarios lanzaron durísimas críticas contra la modificación del texto constitucional, que descalificaron con frases como «atentado contra el autogobierno» y «golpe de Estado constitucional» (Joan Ridao, ERC), «alarde de sectarismo y exclusión» (Josu Erkoreka, PNV), «expropiación de la Constitución» (Rosa Díez, UPyD) o «contrarreforma» (Francisco Jorquera, BNG). El portavoz de CiU, que fue Josep Sánchez Llibre y no Duran, para dejar claro su desprecio hacia la reforma, acusó a socialistas y populares de «dinamitar el consenso constitucional» de 1978 «en cuatro días de agosto». La reforma fue aprobada con nueve votos menos de los que aglutinó la Constitución.

José Antonio Alonso (PSOE) y Soraya Sáenz de Santamaría (PP) intervinieron para rechazar la pretensión nacionalista de que la fijación del límite de déficit quedara en manos de las comunidades autónomas, porque dejaría sin contenido la propuesta. La reforma no fue respaldada por 34 diputados, uno menos de los exigidos para que se someta a referendo, aunque dos ausentes pertenecen al PP y están a favor de esta.

316

A FAVOR

Socialistas, populares y UPN (Unión del Pueblo Navarro)

5

EN CONTRA

Coalición Canaria, Rosa Díez y dos del PSOE, uno por error

29

AUSENTES

CiU, PNV, ERC, BNG, IU-ICV, NaBai y 3 del PSOE y 2 del PP