Las encuestas predicen una derrota del tripartito en las elecciones catalanas del 2010

Cristian Reino

ESPAÑA

Casos de corrupción como el del Palau o el Pretoria podrían influir en los resultados

28 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

José Montilla disfruta estos días de las que pueden ser sus últimas Navidades en el palacio de la Generalitat. A diez meses de las elecciones catalanas, el tripartito afronta un horizonte oscuro. Los frentes abiertos en el final de la legislatura son innumerables: sentencia del Estatuto catalán, referendos soberanistas, corrupción urbanística, crisis económica, abolición de los toros. Con esta ensalada de problemas sobre la mesa, los catalanes encaran un año de votos que puede desembocar en un año de locos.

Según todas las encuestas publicadas hasta la fecha, las formaciones que integran el Gobierno catalán están en retroceso, y si hoy se celebrasen las elecciones autonómicas no reunirían los escaños suficientes para conseguir la mayoría absoluta en el Parlamento, lo que haría imposible reeditar un tercer tripartito entre el PSC, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya (ICV). El primer acuerdo se forjó en el 2003, con Pasqual Maragall al frente, y puso fin a los 23 años de Gobiernos nacionalistas de Jordi Pujol. Los sondeos, sin embargo, dicen que CiU está en la antesala de volver al poder.

Eso sí, deberá hacerlo acompañada. Se abre un enorme abanico de futuros pactos poselectorales, todos ellos con dos denominadores comunes: el actual tripartito no suma los 68 diputados necesarios para la mayoría absoluta y CiU no descarta a nadie, tampoco al PP, a diferencia de lo que prometió ante notario hace cuatro años. «Cada elección tiene sus formas. Y evidentemente la campaña del 2010 será distinta de la del 2006», dijo hace poco el presidente de CiU, Artur Mas, que se la juega por tercera y última vez.

El director del Centre de Estudis de Opinió, el CIS catalán, Gabriel Colomé, cree que los casos de corrupción tendrán un «impacto importante», como refleja el hecho de que la «insatisfacción política» es el segundo problema que más preocupa a los catalanes, después de la situación económica, que también puede ser un lastre para el Gobierno de Montilla. También está por ver cómo afectará también la corrupción a CiU, que se ha visto salpicada por los casos Palau de la Música y Pretoria.

Todos los sondeos constatan además un aumento de las posiciones soberanistas, pero no todos estos votos irán a parar a CiU y ERC. Aún está por ver quién sacará tajada del distanciamiento de los catalanes respecto al resto de España, ya que las encuestas sitúan el porcentaje de catalanes dispuestos a ser independientes en torno al 21%, un máximo histórico. La hipotética sentencia negativa sobre el Estatuto tiene buena parte de culpa de esta creciente desafección, que gana radicalidad a medida que se acercan los comicios del próximo otoño.