Una jornada de pitos y lágrimas

La Voz

ESPAÑA

08 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Al acto asistieron los vicepresidentes primero, María Teresa Fernández de la Vega, y tercero, Manuel Chaves, recibidos con aplausos y pitos a las puertas de la Casa de Juntas; la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia; el presidente del Senado, Javier Rojo; y los presidentes de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Cantabria, La Rioja y Asturias. Además de los ex lendakaris y dirigentes de todos los partidos, acudieron representantes de las víctimas del terrorismo, invitados por primera vez a la ceremonia.

Si hubo división de opiniones a la hora de los aplausos, no las hubo en la de las lágrimas. No fueron pocos los socialistas, sobre todo viejos militantes de base, que lloraron, aunque la palma se la llevó Maite Pagazaurtundua, que tuvo que salir del recinto para esconder el llanto. Pero también entre algunos nacionalistas, no los consejeros y altos cargos, pero sí entre los segundos escalones, que no pudieron impedir que las lágrimas afloraran. Mismos lloros, pero por distintos motivos.

Las emociones se prolongaron con la parte final de la toma de posesión de López, que en vez del discurso de rigor tras la promesa leyó dos poemas del vasco Kirmen Uribe, elegido por él, y de la premio Nobel polaca Wislawa Szymborska, que «me la han sugerido». El de esta tuvo un simbolismo especial. Sus tres últimos versos decían: «verás como la paz se fragua/aunque seamos distintos/como son dos gotas de agua». Un mensaje lírico para decir que en medio de las diferencias, todos somos iguales cuando hay un objetivo compartido.