La Cibeles ya tiene mano

ESPAÑA

ANDRÉS GARCÍA

El alcalde se subió al andamio para seguir en directo la reparación

06 nov 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

La diosa Cibeles recuperó ayer la mano izquierda que le cercenaron unos jóvenes ebrios hace un mes y medio. La gamberrada, al margen del daño artísitico causado a la emblemática estatua, le va a costar a los madrileños 30.000 euros. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, quiso hacerse ayer la foto reponiendo la pieza desprendida, que incluye la llave de la ciudad que sostiene la diosa. Acompañado del concejal de Rehabilitación, Sigfrido Herráez, y del orfebre que realizó la réplica, José Luis Parés, Manzano subió al andamio que ha ocultado durante este tiempo la imagen de la Cibeles para observar de cerca la reposición del apéndice. Preguntado por sus sentimientos al acercarse a la escultura, el alcalde aseguró que en esos momentos recordaba «que soy del Betis». Pese a la perfección de la nueva mano, tanto el autor como el alcalde dejaron clara su intención de que se aprecie claramente que se trata de un duplicado. Así, la mano lleva la inscripción R-2002 y las juntas no se han repasado. Deben notarse para que se vea que «se trata de una pieza añadida que no pertenece al monumento original», según explicó Manzano. También la derecha Del enorme bloque de piedra cedido por el Ayuntamiento de Montesclaros (Toledo) para la réplica han sobrado tres piezas que han sido almacenadas en previsión de futuros desperfectos. El autor de la reparación ha tomado también un molde de la mano derecha por si fuera necesaria. Los responsables municipales se refirieron a los autores de los destrozos y propusieron que se les aplique un «castigo ejemplar» y el edil consideró que no basta con que paguen los gastos. «Deberían obligarles a limpiar todos los sábados las pintadas de la ciudad», añadió Herráez. Álvarez del Manzano confirmó también que no habrá vigilancia especial para esta estatua «porque en Madrid hay más de mil monumentos y no vale poner un policía delante de cada uno». Para decepción de los curiosos, la Cibeles volvió a cubririse tras el acto. Sólo podrá volver a contemplarse dentro de unos días, cuando la mano esté firmemente pegada al brazo.